Yo creo que hay un error de concepto. Y me refiero en el terreno de las PYMEs no en el terreno de los gradnes grupos multinacionales. Para estos las fabricas son chinchetas en un mapamundi.

La flexibilidad laboral puede llegar a permitir algunas cosa a las PYMESs:

- Adaptar la producción al mercado en cada momento.

- No hundir y matar a la empresa. Permitir que sobreviva para no perder su sitio en el mercado aunque sea en una versión reducida.

- Cuando las crisis terminan permitir que esa versión reducida gane cuota y tamaño y pueda seguir creando empleo.


Crisis siempre va a haber. El problema es cuando una empresa no se puede adaptar a esa crisis porque los costes de adaptarse le llevan al cierre de la misma. En ese momento su sitio y su cuota de mercado es ocupado da por la competencia que en muchos casos es guiri. Por tanto esos empleos que se pierden por falta de flexibilidad no vuelven nunca más.

Y las empresas pequeñas cuando hay crisis no pueden adaptarse porque no tienen recursos con los que financiar los EREs o las rescisiones de contrato de 45 días por año. Es así de sencillo. Y como no pueden hacerlo optan por cerrar, con el desastre que eso conlleva.

Y este y no otro es el problema. O sea por flexibilizar el tema no se va a crear empleo necesariamente, la creación de empleo depende del emprendizaje, y de la demanda de bienes y servicios y de tener un tejido empresarial adecuado a esa demanda. Pero va a hacer que esas empresas se adapten mejor a las circunstancias del mercado y que puedan, llegado el momento, adaptarse a esas circunstancias sin poner en riesgo (o limitando el mismo) el futuro y la continuidad e la empresa.

Mirad aquí en Euskadi en la tremenda crisis de los 90 post Olimpiada y Expo de Sevilla (muchos sois muy jovenes y no la conocisteis) hubo un plan que fue muy polémico para poder sostener a unas cuantas empresas que eran tractoras e importantes (se le llamó el plan 3R). Muchas sobrevivieron por los pelos y gracias a esas ayudas. Y hoy incluso algunas de ellas (como CAF) están entre las líderes mundiales en sus sectores. Si en su momento se les hubiera dejado caer, no tendríamos la situación que tenemos hoy en la que el paro está alrededor del 10 % y hasta por debajo en provincias como Guipuzcoa. Lo importante es que esas empresas en momentos de dificultades puedan salvarse para después despegar cuando las cosas sean mejores o el contexto ayude.

En esas circusntancias sobrevivir es ganar.