SÍ­, he elegido un POP MART, porque no se ha hecho análisis "oficial" de ninguno de ellos y porque tanto las narraciones de Pau y de Xavi sobre sus respectivas experiencias popmartianas destilan emoción por los cuatro costados. SÍ­, he elegido Sarajevo porque, aunque ya hablé en alguna ocasión de este concierto y de la emoción que me produce, nunca he tenido oportunidad de analizarlo de cabo a rabo, quizá por eso voy a hacerlo ahora.



El concierto de Sarajevo, ya lo he dicho otras veces, es quizá la fecha más especial del POP MART. La promesa de Verona y la historia del concurso de belleza ya nos la sabemos y, aunque cuando la vemos, continúa recorriéndonos un calambre el espinazo, no tiene ninguna emoción que yo la relate de nuevo. Para mí­ no es una fecha maravillosa por todo ese cirio montado en torno al concierto, sino más bien por el hecho de tratarse de una gira duramente criticada, presentando un disco duramente criticado -del que se decí­a que era "frio" o que en él Bono cantaba "sin ganas"- (como si este hombre fuese realmente capaz de cantar sin ganas) colocándose en medio de un lugar duramente deshecho. En el interior de todo eso estaba U2, menos frí­o que nunca y predicando con esos ejemplos que hacen que a menudo nos salten las lágrimas, así­ es la banda que nos gusta.



Como sabéis, Bono estaba afónico antes de empezar el concierto y, como también sabéis Bono sabí­a antes de comenzar que estaba afónico y que su voz se romperí­a. Un pañ­s entero se colapsó, acudieron personas de todas la zonas, importando muy poco razas, creencias religiosas, polí­ticas o ideológicas. Cae la noche. Las luces de ese delicioso esperpento que es el POP MART se encienden. 6000 soldados se cercioran de que la seguridad en el concierto es total. La banda entra, como siempre, entre el público. Bono vestido de boxeador, lanzando puñetazos al aire, moviéndose sin cesar, gafas de lente roja, barba de unos dí­as.



Hablemos de la música:


Pop Muzik es tí­pico y habitual. ¿Quién iba a decirle a U2 que harí­a mucho más famosa una canción que sus propios creadores?. La pieza, pregrabada, sume al público en el ambiente festivo. Es justo lo que se pretende y aquí­ funciona.

Su unión con Mofo es perfecta, Bono susurra Mo-fo, Sarayevo, Sarayevo, lo repite varias veces; vuelve, ahora gritando, a decir Moooofo y Edge entra con ese guitarrazo tan cojonudo. La voz de Bonovox suena inicialmente perfecta, la canción es brutal como siempre. El mother sucking rock "˜nd roll a grito pelado me pone los pelos de punta. Este tema, sobre todo en directo, es la unión perfecta entre el rock y el dance, me gustarí­a aunque no fuera de U2. Bono canta el tell me no! Con un aire juguetón acorde con la irreverencia del tramo de la canción, el final Bono solo frasea, se oye mucho más a Edge.




*Esto no es más que un ejemplo ilustrativo de como lo podí­as haber hecho mucho mejor. No sigo, porque me canso y no me apetece.



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En Sudamérica tienen a EstebanForever. A nosotros nos ha tocado NoNE.