Cita
Party Jan
Ese es el argumento que se ha dado por valido porque ha sido sancionado y asumido como tal por la parte más influyente del "establishment" tanto industrial como crítico que rodea al mundo del cine. Dicho argumento, que nace de la pluma de Peter Biskind -¿no hace falta que te cite el libro verdad?- se ha convertido en uno de los dogmas de fe de la ortodoxía dominante en el mundo de la industria cinematográfica. Pero a poco que rasques comprobarás que no es cierto. Además, si el cine llamado "clásico" desapareció en algún momento fue en 1947 con la sentencia antimonopolio del Supremo Estadounidense que obligó a las "majors" a separar la producción de la exhibición (o sea: que no fueran las dueñas de los cines en los que se poyectaban sus propias películas. Vamos, a repartir el pastel). Como todo aficionado al séptimo arte sabe el cine clásico -entendido como práctica estética- no sólo no desapareció en ese momento sino que se consolidó todavía más alcanzado su fase de madurez, de plenitud, para empezar a decaer a principios de los años 60 con filmes que marcan un punto de inflexión, un antes y un después como "The man who shot Liberty Valance" del maestro Ford. Admito que durante los años 60 y 70 el cine americano -por influencia directa de Europa- vive una nueva fase, un nuevo modo de producción tanto industrial y estético (que se podría resumir en que cualquiera puede hacer un filme: Roger Corman, Monte Hellman, Dennis Hopper& Fonda...).
Pero, curiosamente y al contrario de lo que dice Biskind en su libro, lo que hacen Lucas, Coppola, Spielberg, Polanski -en Chinatown- Robert Altman, Scorsese, Friedkin y los demás no es dar la puntill al gran cine americano de siempre: al contrario, lo que hacen es resucitarlo, volver a él con la intensidad y la devoción de quién ha recibido una formación académica en las Escuelas de cine en la que se estudiaba a Ford, Hawks, Walsh, Vidor, Murnau, Welles, Ray, etc, etc....
Concluyo: no hay nadie más obsesionado con el cine clásico que Spielberg (en cada filme hay guiños constantes a Ford, con el que está del todo obsesionado) o Scorsese (otro que rehace en sus películas las que a él siempre le han fascinado). O Clint Eastwood al que comúnmente se le ha dado en llamar por la crítica y la industria: "el último director clásico".
En fin, es un tema apasionante. Pero a Peter Biskind se le ha leído e interpretado de forma perversa para jusificar lo injustificable.
Un saludo.
P. Jan