Bueno, cuando creo que mi equipo tiene posibilidades de remontada, de ganar, o que me va a ir bien haciendo esto o lo otro, yo lo llamo simplemente confianza, o deseo o esperanza de que algo salga de una determinada manera. Cuando se trata de una corazonada, de un intangible, pues es lo mismo, siendo consciente de que no significa nada, de que es un estado de ánimo transitorio. Y asumiendo que uno puede equivocarse.

La fe es tener una certeza absoluta de que algo es verdadero aunque no haya ningún indicio que lo pruebe. Certeza absoluta, no confianza ni esperanza. No admite error. Porque no hay manera de probar que uno está en lo cierto.

Lo terrible es que en base a esa certeza absoluta indemostrable se toman decisiones que no sólo afectan a uno (que ya me parece lo bastante demencial), sino que además pueden afectar a los demás (léase Ley del aborto, hasta hace nada Ley del divorcio, y una incontrolable ansia de legislar la vida de los demás no por la vía del consenso y la razón, sino mediante la Ley escrita por hombres bajo la influencia de un supuesto Dios indemostrado).

En cuanto a si es Jesús, Mahoma, Mitra o Pocoyó el modelo a seguir me da bastante igual. A lo largo de la historia de la humanidad en concepto de virtud o compasión ha aparecido en numerosas culturas y no tiene nada que ver con una deidad u otra. Más allá de la imposibilidad de demostrar la existencia de Jesús (no existen registros de la persona, no se le nombra en ningún escrito de la época, ni siquiera en décadas posteriores a su supuesta existencia, no hay escritos de testigos directos de la historia, etc...) me parece bien que alguien se quede con parte del mensaje del mismo, porque es un mensaje universal y que no es patrimonio de la cristiandad (básicamente es algo así como intenta no ser un cretino, por favor). Pero asimilar que porque parte de ese mensaje coincide con lo que la mayoría de la gente cree que es una buena manera de vivir, resulta que ese personaje tiene parentesco divino, superpoderes y misterios irresolubles e incoherentes, cuando no absurdos, para mí es un trecho demasiado amplio que recorrer.

Así que lo que no acabo de entender es ese salto a lo sobrenatural, de verdad que no me lo explico.

El pensamiento del no creyente suele ser algo así como ¿Pero de verdad te tragas esas patrañas infantiles?

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