Ante el aluvión de comentarios provocados por el concierto del Liceu, espero que se valore otra opinión de primera mano. Antes de nada indicar que fui a la presentación de "
El tiempo de las cerezas" gracias a una invitación inesperada y que me gustan (y mucho) los discos de
Nacho Vegas, a diferencia de un
Bunbury al que respeto por su personalidad pero que no me interesa para nada musicalmente.
Así las cosas el concierto fue interesante por su condición de "acontecimiento especial" (fecha única, grabación para DVD,...) y tan irregular como el disco firmado por los dos músicos. La falta de un rodaje previo fue evidente en algunos momentos, algo lógico teniendo en cuenta el marco del show y la presencia en escena de 10 instrumentistas. Desde el primer tema se vio claramente que la grandeza del Liceu iba a distanciar sobremanera la actitud de los dos artistas. En otras palabras: a
Bunbury le sirvió para crecerse y dar rienda suelta a su exhibicionismo "rapphaeliano", mientras que su partenaire quedaba superado por la magnitud del contexto y por los efectos del alcohol que corría por el escenario. Yo he visto conciertos magníficos del asturiano en locales más intimistas como Apolo o Bikini, pero la otra no fue su noche.
En líneas generales la actuación fue como una montaña rusa innecesariamente (casi dos horas y media) alargada. Probablemente sería algo más crítico si hubiera pagado 100 euros pero igualmente me parece fuera de lugar el cargar visceralmente contra algo que en el panorama musical de nuestro país no deja de ser un lujo y una rareza.
Como anécdota divertida señalar que
Nacho Vegas presentó una canción diciendo que se trataba de una "balada de esas de encender los mecheros", pero que no lo recomendaba debido a la tendencia del Liceu a incendiarse con facilidad. Pretencioso, sí. Pero también con sentido del humor. Y dadle una oportunidad a sus discos: no abundan en España los trabajos discográficos que apelan a ilustres predecesores como
Bob Dylan,
Leonard Cohen,
Tom Waits,
Nick Cave o
Townes Van Zandt.
