... si, por ejemplo, nos ceñimos a otra área artística-comercial como es el cine, hay determinadas películas que (por mucha publicidad y promoción que tengan) sí se hacen premeditada y deliberadamente de espaldas al espectador, de espaldas al público. Es decir, que son obras radicalmente anticomerciales.
Un claro ejemplo de ello es el cine de Jaime Rosales. El cual me toca mucho los huevos porque con dinero público lo que hace son simples ejercicios de estilo como si estuviera experimentando en una escuela de cine.
"La soledad" por mucho que el año pasado ganara el Goya a la Mejor Película, la vieron 4 gatos y "Tiro en la cabeza" (literalmente) otros 4. De hecho ¿alguien se ha enterado de que se estrenó en un par de salas de Madrid y en otras 2 de Barcelona hace unos meses?
En su presentación en San Sebastián Rosales dijo literalmente: "con esta película creo que he llevado al límite la paciencia del espectador". ¡Olé tus huevos! Al menos lo reconoce el tipejo.
Es un film sin diálogos, rodado todo desde lejos con teleobjetivos y muy fría, fría como un témpano. En su presentación en San Sebastián, el 90 % del público abandonó la sala con una sonora pitada.
Creo que Rosales es una especie de "niño pijo alternativo" del cine español, mimado por la crítica especializada y por parte (no toda pero sí parte) de la industria pero bastante odiado por el público.
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Lo que no me explico es si sus películas no traen beneficio de taquilla ni generan apenas dinero, cómo coño vuelve a conseguir dinero para volver a rodar.
Pues por eso, porque está (en cierta forma) mimado y sobrevaloradísimo.
Impresionante.
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The boys are back again!!!!
