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Unforgettable Fire Festivals (1985)

Al igual que en 1982 y 1983, U2 cerró su gira participando en algunos de los festivales que se organizaban cada verano en Europa. Su popularidad hizo que recibieran un buen número de invitaciones para tocar en distintos festivales pero tras su intensa gira norteamericana tan solo aceptaron participar en algunos.

Empezaron con una serie de actuaciones por Alemania y Suiza que moverían a los mismos artistas por distintas ciudades. Después de su actuación en el Rockpalast '83 y los buenos resultados obtenidos en la tercera manga de la gira, el grupo había conseguido un sólido seguimiento en el país germano y las actuaciones programadas para esa primavera debían confirmar ese ascenso de popularidad. El 25 de mayo tocaron en el gigantesco circuito de Nürburgring ante unas 70,000 personas y con Chris De Burgh como cabeza de cartel. Los resultados no fueron del todo buenos: parte del público no prestaba atención y las condiciones sanitarias del recinto eran mediocres. Al día siguiente las cosas fueron un poquito mejor en un estadio medio vacío de Stuttgart pero con un público mucho más activo que el del día anterior. Tanto que después de lanzarse al público durante Electric Co., Bono regresó al escenario con la camiseta hecha pedazos. La última de las actuaciones por Alemania tuvo lugar en un enorme aparcamiento de la ciudad de Münster ante un público que quedó reducido a la mitad cuando llegó el momento del cabeza de cartel, Chris De Burgh. El 1 de junio terminaron sus actuaciones en un estadio de Basilea, Suiza.

La gira por festivales fue todo un éxito

Después de un fallido intento por organizar un concierto el 3 de junio frente al muro de Berlín, afrontaron dos de las tres actuaciones más importantes en la historia de U2. La primera fue un festival llamado The Longest Day, que tuvo lugar en el Milton Keynes Bowl (un gran agujero en el suelo que usaban como anfiteatro), entre las ciudades de Londres y Birmingham. Prueba del espectacular aumento de popularidad de U2 desde sus últimos conciertos británicos en 1984 fue la desaparición de las 50,000 entradas disponibles antes de que se anunciaran el resto de artistas! De tal modo se puede considerar este concierto como una actuación de U2 con una larga lista de teloneros más que un festival. Entre los "teloneros" destacaban los Ramones y REM, que sufrieron la poca paciencia de algunos fans. Incluso con una lluvia muy intensa, U2 ofreció una de sus habituales muestras de energía, levantando los ánimos de unos fans hartos de esperar en esas condiciones. También hubo anécdotas curiosas, como el mal funcionamiento del secuenciador que solía sonar en Bad y que obligó a Bono a distraer a los fans a base de chistes malos o invitando a algún fan a subir al escenario.

Una semana más tarde, el 29 de junio de 1985, la banda estaba de vuelta en Dublín para ofrecer en el Croke Park el concierto más esperado de su carrera musical en Irlanda. Por primera vez iban a tocar en un estadio como cabezas de cartel y ante 57,000 fans que agotaron las entradas disponibles con rapidez. El concierto confirmó su status de héroes nacionales, con fans procedentes de todo el país y también del Reino Unido, USA y toda Europa. Aunque no muy distinto a otros ofrecidos durante toda la gira, el concierto en si fue espectacular y lleno de anécdotas. Desde las protestas en un instituto cercano al estadio afirmando que el alto volumen de los ensayos impedía a los estudiantes concentrarse en sus exámenes finales hasta la multitud de comentarios especiales de Bono en casi cada canción. Las palabras de Bono previas a Sunday Bloody Sunday recordaron el propósito de esa letra y también el sentido que tenía tocar una canción como esa precisamente en el mismo recinto donde tuvo lugar el primero de los Domingo Sangrientos. Edge añadió unas breves notas inéditas antes de October y como primer bis interpretaron una floja pero emotiva versión del My Hometown de Bruce Springsteen, penalizada por contar con poca instrumentación. Por extraño que parezca, Bono se sabía realmente la letra de una canción que no fuera de U2! Los beneficios del concierto se destinaron a la construcción de locales de ensayo para nuevos grupos sin recursos.

Las dos últimas actuaciones oficiales de la gira Unforgettable Fire tuvieron lugar en el doble festival belga Torhout/Werchter, en la que era ya su tercera participación. Con los años habían ascendido del tercer puesto en la lista de actuaciones al último lugar, pasando a ser cabezas de cartel. Las 60,000 entradas disponibles se agotaron en su totalidad para cada una de las noches, algo lógico teniendo en cuenta la popularidad del grupo en los Países Bajos y la presencia en el cartel de artistas como Depeche Mode y Joe Cocker, entre otros. En todas las actuaciones de ese verano siguieron usando un setlist muy parecido al visto en la gira norteamericana, empezando con 11 O'clock Tick Tock, I Will Follow, cerrando con la secuencia Bad, October, New Year's Day, Pride y con algunas variaciones en los bises, como Knocking On Heaven's Door, Party Girl o la inevitable 40.

Live Aid, una fecha clave en la historia de U2

Pero la fecha más importante y definitiva de U2 en toda su carrera (con el permiso de Red Rocks) fue la del 13 de julio de 1985. Ese día, U2 participó en el festival de música más importante de la historia: el Live Aid. Se trataba de un proyecto benéfico ideado por Bob Geldof e iniciado en 1984 con la publicación de un single llamado Do They Know It's Christmas?, en cuya grabación participaron Bono y Adam. El éxito fue tal que Geldof pensó en organizar un concierto en el que participaran artistas de primer nivel y cuyos fondos serían destinados a Etiopía, asolada entonces por una terrible sequía. Se organizaron dos conciertos simultáneos, uno en el Wembley Stadium de Londres y el otro en el JFK Stadium de Philadelphia. La idea era conseguir dinero, no sólo con la venta de entradas, sino con los derechos de una emisión en TV destinada a hacer historia. En total iban a ser 160 países con una audiencia estimada de 1.500 millones de personas, una oportunidad única para U2. Con todo, la lista de los artistas participantes daba una idea bastante clara de lo que debía sudar U2 para hacerse un hueco: Jagger/Richards, Madonna, Tina Turner, Bryan Adams, Tears For Fears etc (lado USA); Dire Straits, Queen, David Bowie, Sting, Phil Collins, The Who, Sir Paul McCartney etc (lado UK).

A las 17:20h, y presentados por Jack Nicholson desde Philadelphia, U2 apareció ante 72,000 espectadores en el enorme escenario montado en el Wembley Stadium. Entre el público podían verse numerosos fans del grupo, muchos con banderas blancas, muestra de que el grupo era uno de los más esperados de la tarde. El estadio empezó a vibrar cuando Bono anunció Sunday Bloody Sunday. Si algún día les hacía falta esa energía que solía caracterizar sus actuaciones en vivo era precisamente en esa ocasión, con el estadio más famoso del mundo lleno y una quinta parte del planeta mirándoles por televisión. Y no defraudaron. Bono hizo suyo al público en apenas unos minutos, y la banda tocaba sin que se notara que llevaban casi un año entero de gira por medio mundo.

Pero fue Bad la canción que pasó a la historia. Bono la inició con unas líneas del Satellite Of Love de Lou Reed y siguió con la versión habitual de toda la gira hasta la parte en la que solía incluir snippets de otras canciones. Bono bajó al borde del escenario (en la plataforma usada por los técnicos, cámaras y demás) y empezó a hacer indicaciones a los guardas de seguridad para que subieran algunos fans, momento en el que Bono bajó hasta la misma zona del público, y acabó bailando con algunas chicas. Ese gesto, aunque hoy pueda parecer anecdótico, resaltó en un concierto con un escenario muy alto y en el que todos los artistas se habían limitado a tocar evitando cualquier contacto directo con el público. Pero la cosa no quedó sólo en unos bailes; Bono cogió de nuevo el micro y cantó los habituales snippets de Ruby Tuesday y Sympathy For The Devil de los Rolling Stones, seguido de lo que parecía una improvisación sobre la marcha: un fragmento adaptado al evento del Walk On The Wild Side de Lou Reed. Bono abandonó el escenario sin esperar a que la banda acabara la canción, dando por concluida la actuación de U2, aún faltando Pride, canción que no pudieron tocar debido a los 12 minutos que acabó durando Bad.

En total, con la suma de la venta de entradas, los derechos televisivos, la recaudación de un telemaratón mundial, merchandising y demás, se consiguieron 60 millones de libras, algo así como 73 millones de euros. Por su parte, U2 ganó una enorme cantidad de fans de forma casi instantánea; las ventas de sus discos y la demanda por verles en directo creció considerablemente, y empezaba la ansiada espera de su nuevo disco.

El 25 de agosto se presentaron por sorpresa en un festival llamado Lark By The Lee, en la ciudad irlandesa de Cork, con un setlist parecido al del resto de la gira. Concluía así la que fue, en términos de proyección mundial (y con la base de su éxito previo con la venta del álbum y vídeo Under A Blood Red Sky) la gira más determinante de U2.

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