Siempre resulta difícil hacer una lista como la que propones, sobretodo porque muchas de las cosas que me gustan no las puedo disfrutar tan a menudo como a mí me gustaría; y las que me disgustan les debo soportar demasiado a menudo. No obstante, como me parece una buena idea, allá va mi pequeña contribución:
Me gustan los días nublados en los que parece que durante todo el día va a estar a punto de llover, donde es posible oler la humedad. En estos día me gusta pasear por el barrio viejo de mi ciudad o de la localidad en la que me encuentre; me transporta a pasados imaginarios.
Me gustan las librerías y los libros, los compraría casi todos, aunque supiese que jamás los leería. Me gustan las tiendas de discos y los discos, no los compraría todos porque hay demasiada música que no me atrae, pero ¿hay algo que sea mejor que chafardear la colección de discos de alguien y mentalmente envidiarlo o 'declararlo caso perdido'?
Me gusta la montaña y el frío, me permite relajarme y desconectar ya que el ser humano está menos adaptado a la montaña que la costa.
Me encanta discutir, charlar, debatir, apasionarme, defender una postura aunque en ocasiones me pase de vehemente.
Me gusta madrugar los fines de semana para tener la sensación de que dispongo de mucho tiempo libre por delante para hacer cosas que durante la semana no puedo. Esto entra en contradicción con las salidas nocturnas del día anterior, pero cuando puedo trato de hacerlo.
Me gusta ir a comprar a los mercados y acostumbro a darme una vuelta por el de la ciudad que visito, si merece la pena claro.
Vayamos al reverso oscuro de todo lo anterior.
Odio lo políticamente correcto, el discurso fácil y la sencillez sin motivo. Me repugna el papanatismo político y social que últimamente respiro y deseo que sea simplemente cosa mía y que me equivoque al apreciarlo; aunque mucho me temo que no voy desencaminado.
No me gusta la programación de la mayoría de canales, pero me aburren soberanamente los documentales de La 2, así que veo relativamente poco la televisión, pese a que reconozco que soy capaz de desperdiciar hora enteras viendo auténticas chorradas.
No soporto el turismo de borrachera que se ha puesto de moda en Barcelona, no puedo con los pseudo-punks-indigentes (¿por qué casi todos son italianos?) que perro en mano sólo viven de la limosna lastimera (dásela o te ponen de hijo de puta capitalista para arriba) para seguir perpetuando su triste modelo de vida. Aquí me podéis tachar de lo que queráis, seguramente estaréis equivocados porque no me conocéis.
No soporto los estereotipos y los clichés, aunque seguro que yo utilizo/asumo más de uno y de dos.
No me entusiasma ver películas en casa, sobretodo si son 'sesudas'.
No me gusta el huevo como ingrediente principal, es decir, odio el huevo frito pero me encanta el bizcocho, odio el huevo duro pero los calamares a la romana son exquisitos ¿queda claro?
Bueno, tengo que seguir trabajando un rato que aunque los lunes no me siento especialmente inspirado tampoco es cuestión de no pegar ni chapa.
Saludos y... ¡buena idea Lino!
-- Toni --
