Me conmueve la gran preocupación que tiene el pueblo por un tío que con 35 años todavía no se ha casado, que lo único que ha hecho es cepillarse modelo trás modelo y que el erario español le ha pagado una casita de 700 kilos.
Da asco oir a todos los medios de comunicación argumentando que si la Sanum no valía porque era protestante, modelo y había posado desnuda, que si la otra tal, etc... Esto si que es excluyente, propio de la derecha más recalcitrante, en el lado bueno los cristianos blancos, puros, altos, guapos, inteligentes ¿y en el otro? bueno en el otro, estamos los demás.
¿Esta si? Si, esta si que vale, es periodista, está dentro del mismo colectivo, es la mejor del mundo mundial. Algún pero, bueno si, ¡¡¡QUE NO LLEGA VIRGEN AL MATRIMONIO!!!, esto no gusta mucho a la derecha rancia, católica y recalcitrante de este pañs.
Letizia Ortiz, Princesa de Asturias
Luis María ANSON
de la Real Academia Española
Es una mujer seria, trabajadora, simpática, de inteligencia veloz. En una profesión muy difícil se ha abierto camino ella sola con su esfuerzo, su tenacidad, su vocación por el periodismo insomne. Es abnegada, generosa, buena en el sentido machadiano de la palabra. Y, además, solidaria. Sabe sentir el dolor de los demás. Es asturiana, de abuelo vasco; española, pues, por los cuatros costados, como quería el pueblo. Es, además, joven y alegre, muy sencilla, y todos han podido admirar diariamente en las pantallas de televisión su belleza. Una belleza sin estridencias, albriciada por la serenidad y la armonía. Tiene los pies firmes sobre la realidad y sabe permanecer ajena a las palabras ofidias, a los cadáveres exquisitos, al hombre abreviado. Está soleada de buenas literaturas y, a pesar de su experiencia profesional ya dilatada, su voz se escucha recental. Ha destacado siempre por la moderación, la prudencia, el equilibrio, el buen sentido.
Así que estoy encantado. Letizia Ortiz será dentro de unos meses Princesa de Asturias. Y sabrá cumplir con su deber, atendiendo siempre al bien común de los españoles. El Príncipe ha acertado. Le ha llevado tiempo pero ha acertado. Y no era fácil. Tenía que casarse con una mujer de la que estuviera enamorado y que además reuniera condiciones para cumplir en el futuro con el durísimo papel de Reina de España. Don Felipe ha renunciado a muchas cosas durante los últimos años porque lo primero para él, como para su abuelo Don Juan, como para su padre Don Juan Carlos, es España y el pueblo español.
Son tiempos nuevos para las Monarquías democráticas. Y el Príncipe de Asturias ha sabido integrarse en la época que le ha tocado vivir. Dos jóvenes enamorados van a casarse para asumir, cuando Dios lo disponga, la continuidad de la Historia de España. El pueblo español vivirá ese amor, estoy seguro, con satisfacción y esperanza, ahora que la buena nueva se ha anunciado, justo en estos días del otoño, con las buganvillas pálidas, como decía el poeta, las jacarandas a punto de desnudarse, el azahar lejano.