Foro East Link

Foro de U2

Bienvenido!

Entrar Registrarse
Buscar
LA PERLITA DEL CULO
26 June 2005 a las 07:18
Numero de lecturas: 603
Mi cabeza oscilaba entre lo racional y la pasión. Las tardes en la biblioteca de economí­a eran largas y el hastí­o producido por lo lánguido de las horas me alejaba cada vez más de la monotoní­a de lo cotidiano. Sentado, robusto y varonil, permanecí­a sentado en la silla mientras hací­a que leñ­a los apuntes y moví­a apresuradamente las hojas de los libros como buscando algo. Las chicas me miraban pero era normal, pensaba. Yo también me mirarí­a, soy el reflejo de la perfección, mandí­bula caballunamente prominente, ojos con una expresión de inteligencia y sagacidad que me hacen irremediablemente sexy y unas grandes y firmes manos que me otorgan la apariencia de un semidiós. Soy Sebastián Camarasa, bastión de las hembras, macho alfa por excelencia, envidia de los de mi clan; el hombre.

El campus de la universidad esta preciosamente decorado por la primavera, paseo erguido, mostrando mi pecho, soy un semental, no lo olvides, he de lucirme. Las hembras, infinitamente más pobres que yo intentan llamar mi atención enseñando sus carnes como si de un mercado se tratase, se maquillan y se arreglan para que las dedique un nanosegundo de mi preciosa existencia pero no, no puedo. Sebastián Camarasa no tiene tiempo de mirar con vanalidad, soy vuestro Apolo; observadme pero no esperéis que os devuelva la mirada, vuestra belleza titila, la mí­a permanece inalterable, mí­stica.... Mi belleza es suprema, es superior a la vuestra, la mí­a es natural, vosotras necesitáis de artificios y, mediante esos pueriles engaños, pretendéis que mis preciosos ojos pardos os dediquen un gesto ¡no, no mancilléis mi perfección!

Los dí­as pasaban y yo seguñ­a siendo el hombre mas codiciado de toda la universidad. Trenes enteros a rebosar de hembras vení­an admirarme. Yo, muy bucólico e inspirado por Mufasa, me tumbaba en el césped de la facultad y me lucí­a en todo mi esplendor, cerraba los ojos y dejaba que la brisa peinara tanta belleza. Pero algo ocurrí­a cuando cerraba los ojos; José Antonio. Ese chico, tí­mido, viril y de aspecto aniñado pero suficientemente crecido para impresionarme, poblaba mi imaginación con su sonrisa, sus ojos y ese cuerpo troyano.

Era una noche cualquiera, tibia, muy tibia y llenita de estrellas. Me acosté vencido por el estudio cuando él apareció en mis sueños. Estábamos en una habitación de hotel, sentados en la cama, yo en pijama y él no, habí­a risas, ternura y pereza, sin prisas"¦ Nos reñ­amos de todas nuestras ex, pegándoles puntapiés, nos poní­amos el mundo por bandera, pedimos fresas y champán del bueno. El botones se escandalizó cuando vio a José Antonio desnudo, le di una buena propina, cogí­ la botella y cerré de un portazo, apagamos las luces y dimos rienda suelta a nuestra fértil imaginación de universitarios en edad de merecer.

Mis estupendos calzoncillos Calvin Klein cayeron al suelo y apareció mi miembro, robusto y moreno, esculpido en diorita con el glande de mármol rojo de Ankara. Me quedé desnudo, con tan solo los calcetines ejecutivos y unas fabulosas gafas de Donna Karan en mi pelo engominado. ñ‰l me miraba, y deseoso abrió la botella de champán y la derramó por mi cuerpo. La bebida serpenteó por mi musculado pecho, bajó por mi estómago y se enredó en mi perfectamente depilado vello púbico para dibujar el contorno del tronco de mi pene. Tomó mi miembro con su mano y descorrió el prepucio. ¡Bendita gloria! José Antonio, se así­a mi músculo del amor en un preciso ejercicio de masturbación que le terminó manchando la mano con mis lí­quidos preseminales.

Nos besamos y noté su barba, sentí­a su lengua enroscarse a la mí­a, notaba como su sexo golpeaba mi estómago mientras yo me entregaba en cuerpo y alma a aquel macho. Toma mis manos, José Antonio, no han servido nunca para nada, sabes que nunca han trabajado sino tu cuerpo, toma mis botas, sabes que no quieren marcharse, llenas mi cabeza de canciones, podrí­as haberme quitado la ropa rompiéndola, sabes que puedes, ámame, José Antonio. En un momento de éxtasis me da la vuelta, mi envergadura se transforma en completa sumisión, mi cabeza contra la almohada, su silueta en la pared, el amor es un hombre arremetiendo y empujando en mi vientre, un ritmo pesado toma el poder juntando a un hombre con otro hombre, y me siento amado. ¡Me siento amado! “grito mientras José Antonio empuja su herramienta dentro de Sebastián Camarasa.

Después de un rato de sentir cómo me cabalga con su espuela del amor, se levanta y avanza hacia la mesita de recibidor, saca una cajita. ¿Sabes lo qué es?. El amor y la pasión me hacen sentirme ignorante por primera vez en mi vida, admito que no sé lo que es. Me da la vuelta, una vez más muerdo la almohada por complacer a mi jinete. Con el rabillo del ojo veo cómo saca un hámster de la caja. ¿Qué es? “pregunto entre susurros. Es un jerbo, se llama Mofo “ me responde cómplicemente.

La metáfora me sabe a gloria y me abandono a las sabias manos de José Antonio que, diestramente, introduce al pequeño roedor dentro de un preservativo con sabor a limón. El aceite ha lubricado y las previas esnifadas de popper han dilatado mi ano lo suficiente como para que José Antonio introduzca al pequeño Mofo en él. La sensación es indescriptible, veo como su miembro esta durí­simo mientras me ve gozar a mí­, a Sebastián Camarasa. José Antonio tiene agarrado el extremo del preservativo cuando de repente lo saca sin Mofo, su cara muestra pavor. ¿Dónde esta Mofo? “ susurro entre jadeos. ¡Se ha quedado dentro! “me dice con la cara blanca como una aspirina.

Me pongo nervioso, noto al ratoncito, al pequeño Mofo intentando abrirse camino dentro de mí­, es demasiado lo que siento, quiero que lo saque. José Antonio introduce un dedo dentro de mi ano pero Mofo se lo muerde, no quiere salir. Mete dos dedos, Mofo sigue sin salir, por un momento lo pierde, ya no lo toca. Separa los cachetes de mi culo como si de un armario se tratase, yo me abandono una vez más en sus robustas manos.

Coge un mechero y alumbra mi culo en la oscuridad, abre el orificio y mira con la luz que el gas le proporciona, se acerca para ver y en una de esas grita. ¿Qué pasa? “Le respondo asustado - ¿Es Mofo?. José Antonio me responde- No, pero tienes una perlita dentro"¦.. ¿Una perlita, es que acaso mi divinidad no tiene lí­mites y cago perlas por el culo?. Acerca más el mechero y en una de esas mis naturales gases poscoito se mezclan con la llama del mechero y queman las cejas a mi adonis.

Son las ocho de la mañana, me levanto con una tremenda erección por lo soñado, los slips de Ralph Lauren están manchados con el lí­quido de la vida, mi cara está empapada de sudor. ¿Qué hací­a José Antonio en mi sueño?



SEBHAS

LA PERLITA DEL CULO
APOCALÍPTICO
Asunto Autor Vistas Enviado
  LA PERLITA DEL CULO
SEBHAS. 603 26 June 2005 a las 07:18
IceFran 110 26 June 2005 a las 07:47
feedback 112 26 June 2005 a las 10:05
Untilthendofthewar 108 26 June 2005 a las 19:24
Mr_McPhisto66 107 27 June 2005 a las 19:24
feedback 118 27 June 2005 a las 22:37
Jorge 116 27 June 2005 a las 23:19
IceFran 109 27 June 2005 a las 23:26
miracleu2 103 28 June 2005 a las 00:58
IceFran 117 28 June 2005 a las 04:42
Stupid Boy 145 26 June 2005 a las 21:12
IceFran 123 26 June 2005 a las 21:18
Stupid Boy 128 26 June 2005 a las 21:42
The Fly 91 145 27 June 2005 a las 01:40
xupa 113 27 June 2005 a las 03:18
Jorge 113 27 June 2005 a las 04:07
xupa 112 27 June 2005 a las 05:03
Jorge 112 27 June 2005 a las 05:13
xupa 106 27 June 2005 a las 05:15
Untilthendofthewar 118 27 June 2005 a las 19:56
traveler 119 27 June 2005 a las 08:19
Thejesu 130 28 June 2005 a las 20:25
Thief 222 28 June 2005 a las 20:47
IceFran 128 28 June 2005 a las 22:52
Thief 111 28 June 2005 a las 23:43
miracleu2 128 29 June 2005 a las 00:27
Untilthendofthewar 114 29 June 2005 a las 01:16
miracleu2 110 29 June 2005 a las 02:01
xabib 167 29 June 2005 a las 03:48