Acabo de llegar a Pamplona de ver a mi equipo perder la final de la copa. Podría hablar de las peazo entradas que conseguimos, o de la defensa de cadetes que tenemos de cuando en cuando, de que aunque odio a Dani (desde hace mucho, no desde ayer, es un payaso y un teatrero) reconozco su letalidad, así como me impresiona la velocidad de Oliveira o el peligro constante de Joaquín. Pero no, lo que más me impresionó de este sábado mágico fue la afición del Betis. No sé lo qué se vio por Telecinco, pero lo que vi todo el día y por la noche en el Calderón no era tanto una final como una absoluta fiesta. Tuve suerte y no estuve en la carpa rojilla, sino comiendo y paseando por el centro de Madrid, y no os imaginais el buen rollo que había (hay que tener en cuenta que gracias al Betis Osasuna jugará la UEFA el año que viene, que para un equipo como el nuestro es algo increible), todos juntos celebrando lo que era, una fiesta, y aunque en el campo obviamente cada uno animó a los suyos, pero respetando a los otros, haciendo todo el estadio la ola varias veces... una auténtica pasada. ñ‰se es el recuerdo que me va a quedar de éste gran día, no sólo porque perdimos la final (no te jode!), sino porque estoy convencidísimo de que por su afición, el Betis es el mejor equipo contra el que se puede jugar un partido así.
Un abrazo y que no se me molesten los sevillistas!
Enhorabuena al Betis y Aupa Osasuna!