En mi opinión no deberí­as etiquitar las ideologí­as y menos aún a la gente en función de las mismas. Ser de derechas no es un crimen, es una opción y su coexistencia con quienes somos de izquieradas es más enriquecedora que molesta. Clasificar en grupos a los votantes de derechas me parece, con todo el respeto, un error, porque desde luego no me gustarí­a que cualquier fachilla me clasificara como votante de izquierdas en uno de estos tres grupos: ignorante, prepotente o mentiroso ¿me entiendes?.

Creo que nos tomamos la polí­tica demasiado en serio, lo cual no estarí­a nada mal si no cometiéramos siempre otro error capital: el considerar que nuestra ideologí­a es la válida y la de los demás es basura. El punto de partida es el respeto a la libertad de creencias (del tipo que sean) individual o colectivo. A partir de ahí­ hablemos de polí­tica.

El error de la izquierda suele ser presentar su ideologí­a como si hubieran alcanzado la panacea, como si fuese un tesoro al que hay que forzar a llegar a todos. Si la iglesia es la casa de putas de la religión, las sedes polí­ticas suelen ser la casa de putas de la ideologí­a de izquierdas ¿por qué no las de derechas? Porque esas, ideológicamente, ya parten de lo que, en abstracto, es incorrecto (como si ya se viera que es una casa de putas sin necesidad de entrar). Posiblemente, en abstracto, la izquierda sea el único camino justo, pero espero que eso no impida a los demás transitar por caminos injustos, es otra opción, es la cultura.



In my dreams I was drowning my sorrows but my sorrows, they learned to swim