Lo primero que tengo que decir es que uno de mis grandes ídolos de los últimos años es Enric González. Un autor que me creó adicción, que me hizo aprender enormemente, un periodista con la capacidad de crear inquietud en el lector en infinidad de temas y provocar que uno investigue y conozca, un personaje que me ha influido muchísimo en lo personal (cosa que lograr muy poquitos, lógicamente). Hace mucho tiempo que todas las mañanas me supone una espera ansiosa y una alegría enorme leer su columna en El País. Y no soy un lector de El País como tal. Lo leo por él, como leo El mundo por Arcadi, Dragó y el Del Pozo. Se suele asociar su nombre a una columna polémica que le retiraron, pero eso es lo de menos. En los últimos meses, dedicaba muchísimos artículos al tema del valor del periodismo, a la decadencia del periódico en papel, a que el periodismo es otra cosa, etc (alguna vez he hecho referencia a alguna cosa suya en algún post). Decía hoy (en la edición de Cataluña, accesible en internet para mí) No se trata de defender los periódicos. Si tienen que morir, que mueran. Hay que defender el periodismo, en cualquier forma que adopte, porque nos proporciona un relato sobre nosotros mismos. El periodismo nos ayuda a entender qué somos y dónde estamos. Las voces nos hacen falta.. Bueno, pues deja su columna porque lo mandan de corresponsal a Jerusalén. Hay que dejar claro que la carrera de este tío es ejemplar en cuanto a corresponsal, pero aún así suena a represalia. (Por cierto, ahora se me ocurre que hace dos o tres semanas dejó su columna de deportes, puede que también sea por lo mismo). ¿Algún fan más de Enric por aquí?