Parte de mi vida murió aquel 20 de octubre del 2007. Tendré para siempre grabado a fuego ese instante, en el que volvía del concierto de Heroes en Sevilla, y un locutor en onda cero anunciaba la fatal noticia a la hora en la que empezaba el programa todos los sábados de madrugada.

Todavía me emociono al recordarlo y eso que nunca lo conocí en persona, cosa de la que me arrepiento.

Gracias Juan Antonio.

El mejor comunicador y divulgador que he escuchado en mi vida.
La pena es que no haya más gente como él en este mundo.








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Comparto un mensaje que escribió alguien en un foro el día siguiente del anuncio de su muerte.
Resume en pocas lineas que era La Rosa de los Vientos:

Re: Hasta pronto maestro

de Anónimo el lun 22 oct 2007 15:41 CEST | Link permanente

Julio Cesar le reprochaba con enfado algunas cuestiones a Calígula, mientras Claudio observaba sin dejar de beber vino rebajado con agua, la escena despertó la risa en Marco Aurelio y en Alarico, que permanecían junto al trío familiar. Al otro lado de lo que parecía ser la barra de un bar estaba Napoleón escuchando los versos que Rosalía de Castro recitaba en voz alta, a su alrededor Santa Helena y Ana Frank sonreían las lecturas. En una mesa del fondo una legión romana jugaba a los dados mientras bebían gritando y riendo, en la mesa de al lado una Cristina de Suecia conversaba con Santa Genoveva. De pronto un joven atravesó la estancia mientras llenaba una jarra de vino, todos se callaron y observaron los pasos del joven y apuesto rubio. Se acercó a la puerta principal y la abrió, allí estaba Juan Antonio con el gesto de picar con los nudillos la gruesa y vieja puerta de madera. En la taberna todos callaron, muchos se pusieron en pie, mientras Alejandro Magno le ofrecía la copa de vino que había llenado mientras se dirigía a abrirle la puerta.
Juan Antonio cogió la copa y con paso tímido se internó en el bar, mientras el Magno le cogía delicadamente del brazo y le invitaba a que se paseara por toda la estancia. Alejandro lo iba llevando a una mesa que estaba vacía junto a una ventana, mientras todos saludaban a Juan Antonio, hasta que sus ojos tropezaron con una mesa, en ella estaba Charles Darwin conversando con unos extraños hombrecillos de color gris y con otros altísimos con cabellos rubios plateados, Juan Antonio miró extrañado a Alejandro Magno, y una voz a su izquierda le dijo -¡ si … es lo que estas pensando, son de fuera!-, Juan Antonio se giró y descubrió a Fernando Jiménez del Oso sonriéndole. Los dos amigos se abrazaron riendo hasta que Fernando le señaló la mesa vacía junto a la ventana -¡toma asiento Juan Antonio que me has pillado en medio de una charla interesantísima, ahora me uno a vosotros!- y se fue junto a Darwin, mientras el macedonio tomaba siento en la mesa vacía Juan Antonio se asomó a la ventana y descubrió una playa bellísima, con enormes ballenas saltando en la lejanía y una manada de lobos jugueteando en la arena, por la derecha se aproximó un unicornio y se quedó mirando a Juan Antonio.
Maravillado se sentó en la mesa, bebió el vino que le había dado el Magno y echó a reír, -¡ jajajaja … pe … pero que lugar es este ¡??-, Alejandro bebió un largo trago de su copa y le dijo con una honesta sonrisa -¡ esto, querido amigo, es la Rosa de los Vientos ¡-

Hagamos entre todos un libro para Juan Antonio, uno a cambio de todos lo que nos hizo él a nosotros, hagamos una bonita historia, un bonito cuento para su hijo Alejandro.
Se lo debemos.
Gracias a todos.