El Romanticismo se ha perdido definitivamente.Poco queda en el espíritu
humano de ello,hay otras cosas que interesan más.Un romántico es un
gilipollas,un imbécil que huye de un desamor al que todavía no ha olvidado;
es más,cada vez que se levanta de su refugio,piensa en el daño que le
hizo para así no poder olvidar ese tiempo alegría convertido chamusquina.
Un gilipollas es un fracasado,y hay muchos fracasados presumidos.Llama
la atención como muchos seres hacen del fracaso un triunfo.Lo consideran
en muchos casos como un leve derrota o una victoria agridulce,es la
ignorancia la que se apodera de la razón,o su entorno el que les hace
conservar la idea de que ese fracaso debe ser conocido públicamente para
que así la gente que les rodea les considere una víctimas que se merecen
lo mejor.Pobre herida curar la del fracaso de una amor cuando uno no
puede mirarse ni siquiera al espejo.
Yo me considero un romántico en todo regla; y por lo tanto soy un gilipollas
de mucho cuidado.Gilipollas por enamorarme y hacer creer a mi cerebro
que puede haber algo interesante en ese amor.Lo peor de engañar a tu
cerebro es que uno mismo se engaña y empieza a desfilar por la senda del
amor siniestro sin ser consciente de que es el hazmereir por todos los
lugares que frecuente:lo mejor cambiar de rumbo y empezar a repartir
hostias a todo el que se lo merezca(empiezo dejándome mi mejilla
roja,parece que el Sol me ha pegado).
Hay demasiado gente que se merece hostias.Alguna puede ser sagrada y
otras pueden ser emanadas de la furia que tiene uno contenida en lo más
profundo del corazón,sin perdón claro.
Siempre me he enamorado de mala forma,o en el momento inadecuado.Y
ésta no iba a descarrilar por otro camino,más de lo mismo.
A veces una sorpresa dura más que un regalo; a veces una sorpresa
queda diluida con el propio regalo.Nunca es bueno contar los
secretos,ellos mismo acaban delatándote.Cada día me delato más,guardaré
un silencio más propio de una tumba que de la indeferencia que tengo por
tantas cosas.
A veces el fracaso provoca una cruel indeferencia y es cuando aparece el
sangriento caso de las oportunidades pérdidas.NO creo que este sea el
caso(ójala lo fuera).La soledad crea rincones de melancolía.
Los paseos solitarios crean dulce melancolía,una aníoranza con la cual
uno se puede llegar a encontrar muy cómodo.ES como la muerte en las
altas montañas,te quedas ahí arriba tan dulce que nada puede hacerte
bajar.
Mi actual estado de ánimo resulta ser una incógnita que va derivando en
duda trascendental: el miedo al fracaso es aquel te impide progresar en
pro de conocer la verdad,o mejor la realidad.
La realidad es que aqui sigo parado esperando acontecimientos que nunca
vendrán.
Un abrazo,espero que os haya gustado,casi ni me acordaba de escribir
ya.Que dura es la realidad.
SEBHAS
El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría
SEBHAS
MUERTE AL REY
SEBHAS