Las noticias sobre la reestructuración de los bancos no pueden sino preocupar. En España, Santander y BBVA ya enfilan esa senda, aunque sólo el primero de ellos lo dice abiertamente. Y va a costar miles de empleos. No es algo tan exagerado como decir que esas dos empresas, por sí mismas, van a dar un mazazo a la creación de empleo de la que no podamos recuperarnos. Pero marcan una tendencia muy peligrosa, directamente para todo nuestro sistema productivo.

El avance tecnológico es imparable. Es normal que todo lo que se invierte en investigación dé unos frutos. Hace 40 años nadie tenía un ordenador en su hogar, y hoy en día hay personas que tienen dos, más una tablet y una smart TV. Eso desde el lado de la informática, pero las máquinas cubren cada vez más segmentos de la vida, y en la robótica da la sensación de que no hemos hecho nada más que empezar.

Es lógico que dos bancos de ese tamaño hagan una reconversión de su negocio. Hoy en día, la gente hace sus gestiones a través de internet y usa cada vez menos las sucursales. Por tanto, parece normal que algunas de ellas cierren, aunque conlleve despedir trabajadores. Lo malo es que esta tendencia se convierta en algo general.

Se da la posibilidad a la población de que pueda hacer gestiones por sí misma, mientras tengas un aparatito conectado a la red de redes podrás resolver problemas, hacer compras o también invertir en Bolsa.

¿Qué pasará con todas las sucursales vacías? ¿Qué uso se les dará? Corremos el riesgo de que crezcan los ‘espacios fantasma’, lugares donde ni vive ni trabaja nadie, porque ya podemos hacerlo todo desde casa. ¿ No es quizá la hora de que este debate se plantee de manera seria? ¿Qué pasará con el modelo productivo si cada vez es necesaria menos de mano de obra?

Es curioso que la tecnología avance tan deprisa y todavía no podamos ni votar por internet. ¿Por qué no aplicamos el cambio tecnológico ahí? ¿No se supone que todos los partidos están a favor de que la participación electoral aumente? Nada más fácil que permitir a una persona hacerlo desde su teléfono. Eso, además, abarataría los costes que siempre conlleva una jornada de lo que llaman fiesta de la democracia.

El ajuste de plantilla del Santander se llevará 1.660 empleos

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