Técnico idolatrado por muchos, y curiosamente echado a patadas del banquillo en ambas ocasiones, pitado y abucheado, desde el 97 marca el signo de identidad de este Madrid moderno: juego rácano, pegada descomunal.

Y es así desde entonces, un tipo de juego que ha dado títulos y gloria a la entidad, 3 Copas de Europa y 5 Ligas. Equipo partido, defensa endeble (con Capello la defensa daba risión), pero una calidad arriba fuera de toda duda, dinamita en las botas, el peso de una camiseta histórica y una fe inquebrantable en la victoria han hecho del Madrid el paradigma del resultadismo.

Así que lo de la excelencia son milongas de Valdano para quien se las quiera creer, hace 12 años que el Madrid no juega a eso. Me hace gracia cómo ante cualquier crítica respecto al juego el madridismo saca pecho y utiliza la palabra GANAR. Así que primero GANAR, y luego, si se puede, la excelencia. Y así, claro, no llegará nunca. Porque la excelencia como consecuencia de la victoria sólo llega en los libros de historia.

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Editado 1 vez/veces. Última edición el 23/10/2009 09:02 por aivan.