Estoy pesado con los tipos pero es que no puedo parar de escucharlos...

MADRID (El Pañ­s).- Pregunta: ¿Por qué el nuevo álbum se llama Elephant ? Jack White: "Contestá vos, Meg". Meg White: "Hay muchos motivos, pero el principal es la imagen que me provoca esa palabra. Cuando pienso en un elefante veo a esa grande, hermosa e inocente criatura que se interna por la jungla destrozando todo lo que se interpone a su paso. ¿Así­ se ven? ¿Qué están destruyendo los White Stripes? "La música pop."
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Tranquilos, no son tan terribles. Jack y Meg White, The White Stripes, son dos jóvenes norteamericanos de 27 y 28 años, amables y vestidos de rojo intenso de la cabeza a los pies. Meg tiene la cara redonda y muy blanca; el pelo largo y muy negro; los ojos muy grandes. Recuerda a una muñeca de porcelana y habla tan bajo que la grabadora casi no capta sus palabras. Es Jack, su supuesto hermano, el que lleva el peso de la conversación.
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Pero retomaremos el tema de su parentesco más adelante. Ahora, volvamos al principio. Al punto en que Jack aseguraba que estaban aquí­ para destruir el pop. Hace dos años nadie los hubiera tomado en serio. Claro que entonces todaví­a no habí­an vendido un millón de discos, ni habí­an sido tapa de los principales medios. Tampoco habí­an teloneado a los Rolling Stones. "Ha sido lo más extraño que nos ha pasado. Allí­, en un enorme escenario ante miles de personas a las que no parecí­a interesarles nada lo que hací­amos", recuerda Jack. Es fácil de imaginar la extrañeza del público stone. Jack White cantando y tocando la guitarra, Meg aporreando con fiereza una pequeña baterí­a. Sin bajo. Sólo ellos.
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Catorce meses antes eran tan sólo un raro dúo de música de garaje al que nadie prestaba mucha atención. Entonces, en 2001, editaron White Blood Cells , su tercer álbum, y comenzó la fiebre. En gran parte, por estar en el momento adecuado en el sitio preciso. La prensa británica buscaba grupos que pudieran escoltar a The Strokes en su reinado dentro del nuevo rock, y The White Stripes encajaba. "No querí­a que se reprodujese la absurda pelea de Blur contra Oasis, y como compartimos muchas cosas nos llevamos bien. Hacemos música distinta aunque con la misma presión. Pero deberí­amos repartirnos los papeles. A unos les tocarí­a ser Christina Aguilera y a los otros, Britney Spears."
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Pronto MTV los incluyó entre sus favoritos. "Cuando vi uno de nuestros videos en la MTV, después de uno de Britney Spears y antes de otro de No Doubt, no lo podí­a creer. Todo lo demás está superproducido. Suena cristalino y limpio. ¡Y el sonido de nuestro video es tan malo! No entiendo por qué programan algo que suena tan distinto. Ellos ni siquiera saben cuánto odio toda esa tecnologí­a digital de grabación que todos abrazan en el pop. Lo moderno está tan lejos de lo que es el alma, lo auténtico y la realidad de la música... Deberí­an escuchar a Billie Holiday".
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Jack y Meg White provienen de Detroit, la ciudad que fue corazón industrial de los Estados Unidos y actualmente en franca decadencia. Detroit tiene una tradición musical envidiable. Allí­ fundó Berry Gordy la mí­tica Motown (Supremes, Stevie Wonder...) pero, sobre todo, se destaca por la dureza de los sonidos que han salido de sus entrañas: Iggy Pop y MC5 eran de Detroit, pero también Jeff Mills y Eminem. Por utilizar una referencia conocida, Detroit es la ciudad lluviosa y oscura de 8 Mille, calles de ilusiones , la pelí­cula de Eminem. "No la hemos visto, pero sí­, Detroit es así­. No sé qué parte especí­fica del ambiente nos influye, pero creo que cualquier canción sincera surge de un contexto", dice Jack.
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Ahora volvemos al punto de su relación. Jack y Meg aseguran que son hermanos. Los pequeños de una prole de diez. Pero esta verdad oficial está cuestionada a rañ­z de la aparición en Internet de un certificado de matrimonio. Es decir, se casaron, se divorciaron y continuaron juntos, pero sólo como músicos. ¿Son realmente hermanos? "SÍ­ -contesta Jack-. Creo que el motivo del rumor es que no concedimos muchas entrevistas cuando se desató toda esta atención sobre nosotros. Y a mucha gente le encanta el amarillismo. Pero es absurdo. Si hubiéramos querido crear una mitologí­a alrededor de la banda nos habrí­amos podido inventar algo más interesante."
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Cambiemos de tema después de este momento rosa. ¿Qué los hace especiales? Quizás haya que buscar en aquella tapa del New Musical Express, la publicación británica que nombraba a Jack White la persona más cool de 2002. Premio que justificaba porque "su redescubrimiento de la deuda del rock con el blues ha sido la antorcha que ha encendido toda la revolución del nuevo rock". Según el diccionario, cool tiene al menos cinco acepciones que van desde "fresco" hasta "imperturbable". Un tipo que es lo máximo, pero se lo toma con frialdad.
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"No hacemos las cosas por ser cool. Por ejemplo, lo de los colores que elegimos para vestir: el blanco simboliza la pureza y el rojo crea muchas tensiones. Los psiquiatras te aconsejarán que no pintes las habitaciones de tu casa en ese tono", dice Jack.
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Elephant , que llegará a las disquerí­as el próximo martes, es el primero de sus discos editado gracias a un contrato de 1,5 millón de dólares. Pero el álbum no cambia las premisas de la banda: Rock de esencia blusera, grabado con lo mí­nimo para que sea espléndido. Por cierto, muy cool.
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Iñigo López Palacios
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El dogma rockero
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Hacer un disco con los elementos básicos no es tan sencillo como podrí­a parecer. "Tenemos un montón de normas que asumimos cuando entramos en el estudio", dice Jack White. Este es el catálogo de limitaciones de White Stripes.
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1 Relacionarlo todo con el número tres. "Voz, guitarra y baterí­a. Blanco, rojo y negro. Todo lo que hacemos tiene que ver con el número tres."
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2 Tener una melodí­a que sostenga la canción.
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3 No tocar solos de guitarra.
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4 No grabar blues puro.
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5 No usar guitarras slide.
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6 Las grabaciones siempre analógicas. No a las computadoras.

Pd. I just don't know what to do with myself... I don't know what to do with myself...



Salu2, Nelson.

Goodbye...