Bravo para la web, que cuelga el setlist a los pocos minutos de acabar el concierto. Volverá a España en verano: Málaga, Ávila, Madrid. Irá por todo el mundo, volverá al Budokan y se acercará por los dominios de Nelson -bueno, tendría que cruzar el rio de la plata para verle-
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Sant Jordi Club, unas 4600 personas, según datos de la organización que relatan las primeras crónicas de alcance.
Llego sobre las 20.30 y me situó un poco por delante de la mesa de mezclas. Público madurito, bastante madurito. Abundan cincuentones y cuarentones, casi paridad entre hombres y mujeres y bastantes extranjeros.
Supongo que saldría, como suele hacer, a tocar un tema antes de dejar a su hijo Joe hacer de telonero. Llego a verle en un par de canciones y lo más destacable es su parecido a papi. Eso sí, a este ritmo en diez años no se sabrá quién es más joven. Joe da paso, llegando a compartir escenario con ellos, al segundo telonero los tex mex The last Bandoleros, de San Antonio, Tejas. El propio Sting sale a hacer los coros de la última canción y anuncia que vuelve en 10 minutos.
También hay un padre y un hijo en el grupo tejano. A Sting le acompaña el ya tradicional Dominic Miller, y también su hijo Rufus. Family business. Ou yeah. Que se sepa, el baterista no está emparentado con nadie
Puntualidad elevada, a las 21 h sale y arranca con dos Police que no forman parte de la primera tanda de hits obvia pero que creo que los fans aprecian:
Synchronicity II, temazo del copón que en su época tenía un videoclip megamolón y con un momento estelar
Many miles away something crawls from the slime at the bottom of a dark Scottish lake, enlaza con
Spirits In The Material World, de
Ghost in the machine muy bien recibida pero que actúa a modo de calentamiento.
A la tercera, la vencida. La primera vencida, primera gran ovación, con arreglos algo funky setenteros al principio, y desarrollo más canónico después, un clásico hiperresultón de su primera etapa solo,
Englishman In New York y la gente coreando eso de
Be yourself don’t matter what they say
Inicio que bien mirado es homogéneo temáticamente, porque las letras de las tres tienen puntos de conexión. La alienación y tal. Pero eso lo dejo para otro día.
Ataca con la primera de las canciones del disco que le sirve de excusa para salir de gira:
Can’t Stop Thinking About You, que si se hubiera grabado en 1979 –claro que en esa época no hubiera podido competir con
Can’t stand losing you con la que guarda obvio paralelismo- hubiera disfrutado del status de clásico. De momento, no es poco, veo que funciona muy bien entre los prejubilados de mi alrededor. Sigue otra canción nueva, que también cumple con total dignidad su función:
One fine day
Creo que si las canciones nuevas se hubieran grabado pongamos por caso en 1994 gozarían de la aprobación general de las que disfrutaron las tres que siguieron de un tirón:
She's Too Good For Me,
I Hung My Head (de esta tiene una magnífica versión, tope crepuscular, Johnny Cash) y
Fields of Gold, canciones a las que el paso del tiempo ha sentado muy bien. Mucho ritmo y estupendas melodías, marcas de la casa que aquí se demuestran en diversidad de repertorio
Down,Down,Down y
Petrol Head, dos canciones correctas de su último trabajo que no decaen el nivel aunque nadie las hubiera echado en falta.
Shape of My Heart, un poco de introsprección y lucimiento de Dominic Miller, la voz rasgada de Sting se aprecia aquí estupendamente.
Empiezan las bombas, sin acabar la anterior suenan los acordes de
Message in a Bottle, muy cercana a su original, contundente, directa, todo lo que tiene esa canción. Obviamente se toca el cielo ahí
Su hijo Joe homenajea a Bowie con
Ashes to Ashes en una correcta versión, escuchada con cierta reverencia y enlace con
50,000, canción del último disco va dedicada al propio Bowie y a Prince. Me hubiera gustado que Sting himself hubiera homenajeado a Bowie
Pasamos a
Walking On the Moon, elegante y juguetona como siempre, con esos momentos únicos, ese principio
giant steps ara what you make walking on the moon o ese
some may say I’m wishing my days away momento siempre mágico. Ha empezado el subidón, que probablemente llega al momento más alto con
So Lonely. He escuchado decenas de piratas de Police y doy fe: este So lonely sonaba como en el 79 (Hidalgo dice algo parecido). Con esos parones, con ese cambio de ritmo digno de Cruyff, con ese inicio
Well someone told me yesterday .... o ese coro de gente
I feeeeeeeeel sooooo loooooonely. Un diez
Nos cuela
Desert Rose, y en un momento monta un fiestón moruno ahí. OK, funciona bien, pero no deja de ser una anécdota entre la anterior y la siguiente.
Roxanne, cojonudísima versión, luces rojas, como no,
Ain’t no sunshine en medio –luces azules para marcar diferencias- y vuelta a Roxanne. Potente, muy potente, con algún momento de deconstrucción, con algo de (falsa) improvisación y vuelta a la contundencia inicial. Otro diez.
Brevísimo decanso y vuelta con la poderosa y directísima
Next to You acompañado ahí de los teloneros de nuevo en fiestorro gigantesco.
Luego la madre de todos los hits, tu vida cambió no eres como ayer, sabes escoger, tu limón es schweppes:
Every Breath You Take, canción sobre una obsesión que la gente se pone en las bodas. La habrá tocado mil veces, pero no parece cansada de ella, nosotros tampoco.
Para terminar una bonita, delicada e intimista
Fragile
Sensación de tiempo y dinero estupendamente invertidos.
FIN
Crónicas de alcance
HIDALGO
Daba envidia verlo, incluso un poco de rabia, tan tieso y juvenil, tan delgado.
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cultura.elpais.com]
LINÉS
Sting retomó anoche su idilio con Barcelona, estrenando la gira europea de su reciente álbum 57th 9th con una velada intensa, emotiva y en perfecta conexión con su incondicional afición
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www.lavanguardia.com]
BIANCOTTO
Sting echaba de menos a Sting, a la primera versión de sí mismo, afín a las urgencias de The Police, y, tras una década grabando discos acústicos y sinfónicos, pasea una obra vigorosa y, sobre todo, pop, ya era hora
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www.elperiodico.com]