[Léase esta introducción con voz de Pedrerol] La polémica está serviiiida. ¿es Barcelona realmente lo que dice el autor del artículo? O se trata de un ejemplo más de ombliguismo y autocomplacencia al que nos tienen acostumbrados ultimamente muchos voceros catalanes? Juzguen ustedes

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Príncipes de la música

Esteban Linés, Barcelona
10/11/2015

La más que probable actuación del músico estadounidense Prince el próximo mes en Barcelona, provocó ayer un auténtico revuelo en la escena musical local dada la entidad del artista y, sobre todo, su prolongada ausencia de los escenarios barceloneses. La noticia apunta, a la espera de la confirmación de los organizadores, que el artista y cantante norteamericano actuará el próximo 13 de diciembre en el Gran Teatre del Liceu dentro de la programación del Suite Festival, diecisiete años después de su última actuación en la ciudad.

La información emergió en la mañana de ayer cuando trascendió que el pasado sábado Prince anunció públicamente que el próximo mes ofrecerá una gira por diversas ciudades europeas en formato solo. En concreto Prince Rogers Nelson comentó a un grupo de periodistas europeos que se habían citado en sus estudios de Pasley Park cerca de Minneapolis, que sus planes inmediatos pasaban por la realización de una inminente gira bautizada Prince Spotlight: Piano & A Microphone. Se trata, según explicó en ese encuentro, de un tour en un formato insólito en su ya larga carrera, puesto que cantará y tocará solo, arropado únicamente de su voz, un micrófono y un piano de cola.

Una concierto que, sin duda, vuelve a poner a Barcelona como una de las mecas del rock a escala internacional. Las primeras informaciones apuntan que se tratará, pues, de un periplo sin músicos de acompañamiento y que durante un mes recalará en teatros de 16 ciudades de once países europeos. Inicialmente, siempre según la propia oficina de Prince, el plan de actuaciones arrancaría en el Konzerthaus de Viena el 21 de noviembre y finalizaría en el Royal Circus de Bruselas el 22 de diciembre. En este planning de fechas, aparecía incluido el Gran Teatre del Liceu barcelonés con la ya mencionada fecha del 13 de diciembre. Puntualizaciones informativas posteriores, sin embargo, ampliaban detalles pero también matizaban: “Es la primera vez en 37 años que Prince se ha embarcado en una gira como esta. Asimismo, no todas las fechas se han firmado todavía, así que pueden haber algunos cambios en los que algunas fechas pueden ser añadidas o cambiadas”.

La gira tiene previsto, en fin, detenerse también en teatros de Gran Bretaña Holanda, Suiza, Italia Alemania, Francia y Dinamarca. En el caso de España, la única parada prevista en cualquier caso es la de Barcelona, aunque hasta ayer por la tarde no se podía dar oficialmente por confirmada, según indicaron fuentes de la organización del Suite Festival. Que fuese este ciclo el que con casi absoluta seguridad acogerá la esperadísima actuación de Prince no debe sorprender, ya que hace dos veranos el autor de Purple rain estuvo en un tris de actuar en el festival de Cap Roig, cuyo director artístico es Juli Guiu, el mismo que el de Suite Festival. En aquella ocasión, el músico estadounidense estaba recorriendo algunas ciudades europeas durante los meses de julio y agosto, y aunque ­hubo la posibilidad de contratarlo, finalmente se descartó porque el cartel ya estaba cerrado hacía tiempo y su inclusión lo hubiese desequilibrado en muchos sen­tidos.

En cualquier caso, hasta que no se haga oficial la presencia del carismático y excepcional artista norteamericano –que el año pasado publicó simultáneamente dos discos, uno parapetado tras el grupo femenino 3rd Eye Girl, y otro como Prince–, se desconoce cualquier detalle del concierto, comenzando por el repertorio y acabando por el precio de las entradas. Porque estas reflejarán indefectiblemente lo caro que es traer a una estrella de la música como él, tras 17 años de ausencia.
Y es que la presencia de Prince (Minneapolis, 1958) es destacada precisamente por su prolongada ausencia del lo escenarios de la ciudad. Con su oficioso futuro concierto barcelonés, el club de los grandes ausentes de la música popular en Barcelona se va reduciendo de forma progresiva. Los recientes conciertos de U2, como simple botón de muestra, también son ejemplo de la aparente predilección que manifiestan grupos y solistas por la ciudad. Otro gran grupo que rompió un silencio presencial prolongado fueron los Cure, que en 2012 regresaron con un memorable conciertos de más de tres horas en el Primavera Sound. Por no hablar de Tom Waits, que solo ha actuado en la capital catalana en julio de 2008, cuando ofreció dos también imborrables recitales en el Auditori del Fòrum. Desde entonces, nunca más se supo. Y luego está el más deseado de todos, es decir, de David Bowie, que desde que se retiró del directo en 2006 a raíz de sufrir un ataque cardíaco, solo ha hecho un comeback estrictamente discográfico.

El promotor Pino Sagliocco fue el responsable de las tres actuaciones en la ciudad, la última de ellas en 1998 en el Palau Sant Jordi. Él asegura que la razón por la que Prince no ha vuelto a Barcelona hasta ahora se debe en buena medida a su carácter imprevisible. Y también asevera que aunque en esta ocasión la actuación en Barcelona del músico estadounidense ha sido posible gracias a la acción conjunta de la empresa Clippers –organizadora del Suite Festival– y de la promotora Doctor Music, no descarta que en la más que probable nueva gira que haga Prince en febrero o marzo por Europa, él pueda traerlo al Palau Sant Jordi.

Los grandes ausentes, en términos de conocimiento popular, siempre serán los Rolling Stones, en el sentido de que si en alguno de sus dosificadas giras obvian la Ciudad Condal, se produce una pequeña hecatombe, como ya sucedió en su última española, en donde optaron por actuar en Madrid en detrimento de Barcelona. Gay Mercader ha sido el promotor por antonomasia de los Stones en España durante muchos decenios, y pionero de la escena musical en cuanto a organización de conciertos de perfil elevado se refiere. En este sentido él fue el responsable de la última actuación pública de la gloriosa banda británica en tierras barcelonesas, en concreto en el Estadi Lluís Companys, en junio de 2007 (unos meses más tarde, tuvo lugar otro concierto de carácter privado de Jagger, Richards y compañía organizado por uno de los hijos de Ron Wood y convocado por el Deutsche Bank en la Sala Oval del Palau Nacional de Montjuïc).

“Los Rolling Stones se dosifican ahora de una manera inteligente, y han visto que girar como lo hacen ahora les es muy rentable y relativamente poco cansada”, cuenta el promotor ya retirado de primera línea de combate pero que hace unos meses organizó excepcionalmente el concierto de los AC/DC en Barcelona, “vendiendo las 60.000 entradas en ocho horas”. “Los Stones hacen estas giras de 15 fechas en Estados Unidos, luego descansan, al cabo de unos meses hacen lo mismos en Europa, y así lo van alternando. La próxima vez que vengan a Europa, que vendrán seguro y ofrecerán otras quince actuaciones, una de las ciudades será posiblemente Barcelona”.

Una de las preguntas, en cualquier caso, que planea sobre estos conciertos ofrecidos por los dioses del Olimpo del rock, es por qué Barcelona. U2 eligieron la Ciudad Condal como única parada española, y ahora Prince ha hecho –en principio– lo mismo. Es evidente que la ciudad vive una aparente coyuntura de música en directo que la ha convertido en cita internacional. O al menos eso es lo que da que pensar la consolidación como referente mundial de festivales como el Primavera Sound y el Sónar. Su ubicación geográfica cerca de Francia, su atractivo turístico para el público extranjero, se presentan como elementos que coadyuvarían a esta presunta condición de centro musical. Sagliocco no tiene ninguna duda sobre esta capitalidad. “Después del concierto de Prince, nosotros vamos a programar unos cuantos conciertos de mucho peso que solo se podrán ver en Barcelona, una batería de shows únicos”, avanza. “Barcelona es indiscutiblemente la capital de la música en directo de España, y en mi opinión es la ciudad más preparada a nivel europeo para la música en directo”, prosigue. “ Y lo es por su infraestructura, por el clima, porque hay mucha población extranjera que vive aquí, y porque es una ciudad que sigue inspirando a los músicos; además aquí tienes el Palau Sant Jordi para hacer los conciertos indoor y el Estadi Olímpic para los conciertos al aire libre en verano. Y luego toda una serie de espacios para todo tipo de acontecimientos musicales como el Camp Nou, las diferentes playas, el Fòrum... no sé, es una oferta para mí que ahora mismo no tiene competencia”.

Gay Mercader tiene una visión cruda y poco romántica del tema. “En este caso de Prince se trata de una cuestión del mejor aforo. El Liceu es impecable. Ellos querían un teatro con una capacidad determinada, acústica inmejorable. Y además, ante la imposibilidad de que el Teatro Real esté libre, porque prácticamente siempre está ocupado, la opción del Liceu es perfecta. Yo creo que a Prince le daba más bien igual, porque para mí es un tipo bastante errático y autosuficiente, que tiene su pequeño imperio y montones de proyectos en la cabeza”.

Sobre la posible capitalidad o polo de atracción musical de Barcelona, es una opinión que Mercader pone en duda. “Reconozco que el Primavera Sound y el Sónar son dos fenómenos que no acabo de entender, la verdad, y supongo que en parte van tan bien porque los que lo llevan son gente de aquí. En cualquier caso, es un hecho que en Madrid se venden entre un 20% y un 30% más de entradas de pop-rock que en Barcelona. No nos engañemos, nunca hay que olvidar que estas estrellas, cuando hacen una gira mundial, lo que más miran es la pasta y la logística”. “Los Stones siguen actuando –acaba– porque están enganchados al aplauso, una adicción que David Bowie ya no tiene, y una razón por la que creo que nunca regresará al directo. Sabe que se vive mejor fuera del escenario”.