SUEDE
Night Thoughts

Casi tres años después del notable “Bloodsports” (Sony, 13), Suede certifican la solidez de su regreso con un disco ciertamente inspirado y convincente, donde las peculiaridades del grupo reaparecen sin disimulo para brillar orgullosamente a lo largo de doce composiciones. Presentada en doble formato junto a un film del director Roger Sargent y producida de nuevo por Ed Buller, la entrega resuena más épica y glamourosa que su antecesora gracias a la riqueza de una instrumentación ampliamente trabajada y el buen momento vocal de un Brett Anderson apabullante en su interpretación.

A pesar de contener aciertos pegadizos tan evidentes como “Outsiders”, “Like Kids” o “No Tomorrow”, el elepé alberga en su mayoría un romanticismo y emotividad que lo sitúan más cerca del sugerente “Dog Man Star” (Nude, 94) que de la inmediatez de “Coming Up” (Nude, 96). “Night Thoughts” (Warner, 16) es una obra ambiciosa cargada de teatralidad, que insinúa una línea argumental donde las canciones se posicionan con coherencia dentro del conjunto, mientras por ella desfilan estribillos irresistibles, las guitarras descriptivas de Richard Oakes y piezas de gran profundidad y belleza.


Los temas fluyen así con solvencia, comenzando por “When You Were Young” (apropiado prólogo que recuerda en su función a la mítica “Introducing The Band”), para a continuación conquistar con la verticalidad de las mencionadas “Outsiders” y “No Tomorrow”. Tras ellas aparece el intimismo siempre creciente de cortes como “Pale Snow”, “I Can’t Give Her What She Wants”, “Tightrope” o “Learning To Be”, hasta finalizar con la grandiosidad cinematográfica de “The Fur & The Feathers”, en ese tipo de cierre tan del gusto del grupo.

Más que la séptima muesca en la trayectoria del quinteto, quizá fuese más apropiado considerar este trabajo como segundo movimiento dentro de la etapa más reciente de los londinenses, ésa que comenzó como exclusiva reunión para los escenarios y que ya ha motivado dos grandes discos. Una fase de madurez bien entendida que mantiene pleno el sentido del grupo intacto el fondo y que, por pretensiones y calidad, destierra definitivamente el escepticismo de aquellos no confiaban en un retorno a la altura.



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