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wanabacoa
Cómo ser Arcade Fire en 10 pasos
23NOV 2010 01:09
¿Qué ha sucedido para que la bruta masa, tan adiestrada en el consumo de caca, preste atención a una banda de pop de calidad, sin singles radiables ni miembros en desintoxicación, con un sonido personal y escasa demagogia como Arcade Fire? ¿Cómo es posible que llenaran a reventar el sábado el Palacio de los Deportes de Madrid, con todo el aforo vendido desde hace meses, tras sacar su disco más flojo?

1. Permiten al público masivo ir de indie. Dominan el punto de equilibrio que separa lo minoritario de lo mayoritario, pescan en los dos ríos. Mezclan accesibilidad y originalidad con aristotélica sabiduría.

2. Venden himnos. Sobre todo en 'Funeral'. Por momentos, el Palacio parecía el Bernabéu a golpe de 'lo-lo-lo'. Su épica, bastante menguada en 'The suburbs', es creíble, poco impostada. El formato de himno hace su trabajo: galvaniza sentimientos entre las masas y dota a su música de otra clave habitual en lo masivo, que es...

3. ...el rollo religioso. No son casuales las alusiones a la religión en muchas de sus canciones y hasta en los títulos de sus dos primeros discos. Sus directos tienen un sentido litúrgico y catártico que les emparenta con los U2 más románticos, una comparación-trampa que han solventado evitando el gigantismo escénico: tocan para 16.000 personas como si lo hicieran para 1.600, para 160 o para 16.

4. No son un grupo, sino una orquesta. Lo que permite que las voces individuales pesen menos. Porque hablemos claro: Win Butler y Regine Chassagne cantan poco y mal. Su éxito es milagroso ateniéndonos a la no excesiva entonación de sus voces, y a su nula potencia -lo que quizás complica la mezcla hasta el punto de que siempre suenen bajos de volumen-. Pero el juego en equipo es poderoso. Y sin virtuosismos: cada músico, en cada canción, hace cosas sencillísimas.

5. 'Funeral', su primer disco. Sin él, mucho más incendiario que su producción posterior, el tamaño de Arcade Fire sería mucho menor. Los hits de ese primer álbum fueron con mucho los más coreados en el Palacio de Los Deportes, y los momentos de mayor frialdad coincidieron con los temas de 'The suburbs', un álbum de perfil mucho más bajo, justito de inspiración en su esencia, aunque bien vestido.

6. Fusión y clasicismo. Sus canciones beben lo mismo del post punk que del pop soñador, del ruidismo, del rock sureño, del melodismo setentero, del tecno pop, del glam à la Bowie... Pero se sirven en un formato clásico, homogeneo e incluso fresco. Quien vea en cambio la botella medio vacía advertirá un esquematismo bastante previsible, aburrido. El clasicismo, además, lo remarcan...

7. ...esos violines certeros. Cuando se ha utilizado en el pop, la ecuación guitarras + violines se ha confinado al baladismo fresa. Además de abrir juego, Arcade Fire le ponen colmillo al violín, tocado casi como una guitarra y con contenido más allá del mero pespunte.

8. Discos con concepto, en un arte, el rock, peleado a veces con su propia semántica. El arrebato existencialista de 'Neon bible' o el costumbismo periférico de 'The suburbs' son perfectos ejemplos. En la otra mano, lo naif de las letras a veces roza el ridículo. Pero en España, ya se sabe, la letra da igual.

9. Drama escénico. Quizás no tanto para un Palacio de los Deportes que un día antes acogió la pirotecnia pseudotelevisiva de Shakira, pero los canadienses teatralizan lo suyo sus crescendos, sus cambios de ritmo y esos inicios y finales especulativos. Escenifican sus eclosiones emocionales con bailes, saltos y gansadas desprovistas de artificios horteras, decorados, luces, muñecos absurdos y demás. Porque ya sería la repanocha que disfrutaran tanto-tanto tocando una y otra vez, noche tras noche, las mismas canciones.

10. De lo íntimo a lo masivo, para el niño y la niña. Pescar lo mismo en el ámbito masculino que en el femenino es clave para una banda que aspira al público ancho. Ahí la variedad de voces es fundamental -aunque admito que estrangularía a Chassagne por esas poses de muñeca de Famosa-. Otro vector clave lleva de los sentimientos íntimos a las emociones universales, un arco que dominan igualmente.

Los anglos llaman 'grower' a la canción o álbum que primero deja un tanto frío, luego interesa, después sugiere, más tarde gusta y tres minutos después es la rehostia. Ése ha sido el camino hasta ahora de Arcade Fire hacia las grandes audiencias. Una demostración, finalmente, de que otro pop masivo y comercial es posible, y hasta probable.

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