Lo bueno de asistir a conciertos de bandas tan repetidamente consagradas es que vas sobre seguro. Me han gustado bastante. Suenan tan duros como últimamente nos tienen acostumbrados y eso está muy bien. Efectivamente, el setlist ha sido el mismo que publican en su web como set1. En cualquier caso, muy bien, porque han tocado un buen puñado de clásicos y, de las nuevas, me gustaron las elegidas. El baterí­a es una bestia parda con cuatro brazos y, seguramente, dos penes, con una pegada que ya quisieran mucho heavymetaleros. La gente ha estado bastante entregada, si bien sólo ha disfrutado de verdad con los temas de toda la vida, como era previsible. Gahan no para, como en el dvd del Exciter Tour, aunque quizás hoy no haya estado tan pasadete de revoluciones. En cualquier caso, anda sobrado de carisma y de voz. Mención aparte para el disfraz de gallina de Martin Gore. Gallina negra. Indescriptible.

Por una vez, y sin que sirva de precedente, presté atención a los teloneros. The Bravery me gustaban, tienen un buen disco bajo el brazo. Estuvieron bien, aunque los chungueras de DM les dieron un sonido bastante flojo. El cantante no me terminó de convencer, pero los temas sonaron bien y todo. Eso sí­, la mayorí­a de la gente no tení­a ni papa de lo que estaba escuchando.

Lo peor de todo, que me pasé más de tres horas en pie sobre mis muletas. Eso sí­, apoyado sobre una pared, en un lugar bastante cercano al escenario. Acabé molido. Si tocan tres canciones más, me sacan en camilla, jeje. Pero me gustó mucho, mereció la pena. Ah, y el Palacio de la Comunidad suena que-te-cagas. Al fin Madrid cuenta con un sitio en condiciones para grandes conciertos invernales.

Poco más se me ocurre ahora mismo. Ya que estoy, pues que el mejor momento, el momento público-sonriente, fue en Just Cant Get Enough. Molón.



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