Como Toxicosmos (nombre extrañdo de una impagable canción de un impagable disco titulado "Una semana en el motor de un autobús") siempre defiendo a Los Planetas con uñas y dientes. Sus primeros cuatro discos ("Super8", "POP", "Una semana..." y "Unidad de desplazamiento") recogen las mejores letras y las mejores canciones que cualquier grupo de pop español haya compuesto en los últimos años. Como todos los grandes grupos (igual que pasa con U2) tiene tantos devotos como enemigos. Normalmente se produce la siguiente división: los indies los adoran y los cuarentaprincipaleros los odian. Hay matices y salvedades, claro. La voz ha sido su gran handicap para estos últimos; a mí me ha llegado muy dentro. "De viaje", "Si está bien", "La copa de Europa", "Santos que yo te pinte", "David y Claudia" y otras canciones marcaron los últimos años de mi adolescencia y mi primera juventud.
Si es verdad que hay que darle a César lo que es del César, también es cierto que desde el año 2000 no levantan cabeza. Sus últimos dos discos son los peores, los más aburridos y más previsibles. Seguramente se les acabo el ciclo, ¡pero qué ciclo!
Pasatiempos = pasa + tiempos
