Hacía seguramente más de un año que no escuchaba nada muy antiguo de U2. Con el retraso que me caracteriza, me hice a principios de 2014 un CD resumen de su etapa 2007-2011, incluyendo novedades de sus muchos “deluxe editions” y casi todo el No Line On The Horizon, quedando claro que estos tíos siguen formando parte de mi vida. Ya sé que editar CD’s hoy en día es tan anacrónico como grabar en VHS, pero me sabía mal no completar mi bonita colección udosiana en CD’s personalizados que se inicia desde el minuto cero de su historia.

Pero el otro día me apetecía recordar viejos tiempos y me decidí por algo inesperado, el DVD de Sydney, tenía ganas de “innovar” porque no es desde luego mi favorito entre mi colección de conciertos, y como tuve una importante serie de sensaciones imprevistas, me he decidido a contarlas aquí para los 40 (más o menos) desgraciados que aún me leen en esta casa de locos.

Para empezar, unas cuantas tonterías absolutas,pero ¿qué serían nuestras vidas sin las tonterías de cada día? La primera, el concierto empieza directamente, no tienes que pasar por los farragosos menús ni introducciones, todo un detalle que suele hacer esta gente y que ya te predispone positivamente. La segunda, la increíble calidad de imagen… ¿y ahora te enteras? Bueno, tiene su explicación lógica. Entre las diferentes etapas de la gira ZooTV la que me menos me gusta es Zoomerang, por lo que normalmente me decido a ver antes los conciertos de Estocolmo (indoor) y Washington (estadios USA), que aunque tienen una gran calidad de imagen no dejan de ser piratas. Y, claro, que durante 20 años me miré el VHS, a años luz de la calidad del DVD. Y la tercera tontería ocurre al empezar el concierto y no ver al público con sus móviles levantados… es evidente que últimamente sólo miraba por Youtube conciertos recientes… Señal de viejos tiempos, sin duda.

Ya puesta la maquinaria en marcha, más detalles positivos, el bombardeo de imágenes en el escenario y la llegada de Bono vestido de cuero. Impecable. El vestuario de los “otros tres” (Larry siempre va vestido de batería de U2) en esta gira es supremo, sin duda el mejor de la historia, pero para Bono el encaje es simplemente perfecto. Más sensaciones… me sigue sorprendiendo la poca reacción de la peña a las primeras canciones. En este concierto hacía ya dos años de la publicación de Achtung Baby, se supone que ya se podía considerar un clásico, pero los “hit-singles” The Fly, Mysterious Ways y Even Better Than The Real Thing son recibidos con enorme frialdad comparados con otras piezas que más adelante veremos. Me entran unas enormes tentaciones de cuestionar otra vez la excesiva mitificación del impacto de Achtung Baby en el mundo udosiano, pero hoy no toca. Hoy estamos para disfrutar de un concierto de U2, no para hacer religión.

A las primeras de cambio también me viene a la cabeza un comentario de una mujer estándar a nivel rockero (ya me entendéis, que sólo conoce a U2 por With Or Without You) que viendo a la susodicha un día del ZooTV de Washington me preguntó “¿de qué año es esto?”. Respuesta: “Del 92”. Conclusión: “¿Tan antiguo? Pues parece muy moderno”. Efectivamente, el escenario de ZooTV se mantiene al día con el paso de los años, algo que no pasa con Popmart, algunos de cuyos elementos aparecen ya completamente desfasados. Televisivamente queda divino, que se supone era su intención al llamarse ZooTV, ¿no?

Más sopresas, ver One a las primeras de cambio, acostumbrado a que sea un bis en absolutamente todas las giras posteriores. Queda bien después de las cuatro primeras, pero la escenografía me parece pobre, la iluminación muy discreta y nunca el vídeo de los búfalos me ha parecido adecuado. Sólo en Popmart con aquel maravilloso video de Keith Haring se ha hecho justicia a esta maravilla de canción según mi poco humilde criterio.

Después de Until The End Of The World llega la primera apoteosis para mi, algo que permanecerá hasta el día del juicio final como uno de los momentos musicales de mi vida. Cuando salió el DVD escribí por estos lares que la realización televisiva de este concierto en cuanto a las canciones New Year’s Day y Where The Streets Have No Name era la mejor de todos los DVD oficiales el grupo, y lo sigo manteniendo. Mi adorada New Year’s Day aquí no tiene desperdicio, cada toma es para enmarcar, pero hay dos que sobresalen. En la segunda estrofa cuando “los otros tres” se acercan a Larry y la inmensidad del escenario queda reducida a un pequeño espacio como en los primeros tiempos. Y al final cuando Bono se acerca al palo del micro y le echa una mirada a The Edge como diciendo “Cabrón, que grande eres, si no fuera por ti yo ahora mismo estaría poniendo ladrillos”. Hay muchas más, el inicio de Bono en el pasillo sudado, la rubia a hombros, el calvo deslizando los dedos por los trastes en la segunda estrofa, Bono con la toalla… no voy a decir nada sobre la reacción del público, que cada cual compare con las seis anteriores y saque sus propias conclusiones.

Nunca pensé que un día escribiría esto, pero Numb a continuación me divierte, por primera vez en mi vida la miré encantado a pesar de ser un pestiño sideral que a día de hoy seguro enrojece a Edge y Larry que se quedan en el escenario no se sabe muy bien para qué.

La ausencia de Tryin’ To Throw Your Arms en este DVD, siempre una fiesta, hace que lo que viene a continuación me suponga un bajón total. Claro, cuando ofreces un show audiovisual, en el momento en que no hay “vision” cuesta mantener el interés sólo con el audio, aunque objetivamente sean grandes canciones… al final de Satellite of Love en mi cerebro resuena ya el “loop” de Bad… pero no, ¡que estamos en Zoomerang! Llega otro pestiño de Zooropa (sólo es mi opinión, que nadie se ofenda) y me da la impresión de que el público está a punto de gritar aquello de “Arriba las manos, esto es un atraco”, pero lo arreglan pronto con el trallazo de Bullet The Blue Sky, no recordaba lo de las cruces en llamas que se convierten en símbolos nazis, impactante. De nuevo nos relajamos (ay, ese ritmo) y no puedo evitar sonreír con ese alegato anti-drogas que es Running to Stand Still ahora que ya sabemos todo lo que se metían por aquella época. Hipocresía, creo que se llama.

Silencio, que llega la diosa. Nunca entenderé por qué el punteado inicial the Where The Streets Have No Name es más corto en esta gira que en todas las demás, pero es un detalle que pronto queda atrás con el arranque y el inevitabe pitido de acople que siempre se oye en esta canción, ¿será un pregrabado? Brutal, tremenda, apoteósica, inhumana, no hay adjetivos para las tomas finales con Bono subido a los altavoces, para verlo una y otra vez. Más sonrisas irónicas por mi parte en el momento en que dice adiós a su imagen de seis años antes. ¿Adiós, adiós, seguro? Más bien diría que en directo sigues viviendo de las rentas de aquellos años, amiguito… Sin respiro, llega Pride, que todos tenemos aburrida, sí, pero por Dios que riff tan demoledor, otro trallazo en directo para entusiasmo del respetable.

Pues sí, la crónica se acaba aquí, no estás viendo mal, y no habrá segunda parte, ¿qué pasa tío? Pues que hay cosas que no cambian ni cambiarán nunca con los años, y lo de McPhisto pues como que no, que no lo trago. El concierto termina aquí para mí, más que suficiente. Otro día ya me miraré los bises de Washington’ 92, sin el puto McPhisto y con ese trío maravilloso al final Ultraviolet-With Or Without You-Love Is Blindness. Pero eso no os lo voy a contar.