Otra cosa que me gustó de los jugadores uruguayos es que no vi a ninguno salir llorando de la cancha. Así es que siempre pensé yo que hay que perder, con los dientes apretados, masticando la bronca, pero no llorando. No se, es algo muy personal pero no me da una buena imagen ver a un jugador llorando desconsoladamente luego de un partido. Se llora cuando se gana, por la emoción, pero a mi no me va el lloriqueo en circunstancias adversas.

Y sobre la cotización, creo que más allá de la anécdota de cada partido, si se ganó jugando bien, si se ganó jugando mal, si nos perjudicaron los jueces o no, creo que el mundo futbolístico volvió a tenerle respeto a Uruguay, respeto que se le había perdido, y lógicamente, luego de estas últimas décadas casi que de ostracismo futbolístico. Esto le hace bien a todo el fútbol uruguayo, el cachet del seleccionado va a subir y también la cotización de sus futbolistas. Hace mucho tiempo ya que si al mismo jugador de fútbol lo vendemos como uruguayo vale 5 o 10 veces menos que si lo vendiéramos como argentino o brasileño. Y eso se explica por el marketing y por el estatus futbolístico que tienen Argentina y Brasil en comparación con Uruguay.