Cita
oriol
Ayer los U2 presentaron en sociedad el nuevo montaje escénico-The claw-que los debe llevar a presentar No Line On The Horizon por todo el mundo. Barcelona era la ciudad elegida y por lo que se pudo ver anoche en el estadio ciertamente respondió a las expectativas del público y de los irlandeses. Minutos antes de cerrar las luces el griterío era atronador y este fue el ambiente que acompañó el espectacular inicio de concierto: arranque con cuatro canciones de su último trabajo a ritmo de maratón y recibidas con ovaciones de auténticos clásicos, por este orden nos bombardearon con Breath, No Line On The Horizon, Get On Your Boots y Magnifient. Auténtico bloque de granito a prueba de bombas y una declaración de principios inusual en bandas maduras, inicio del concierto abrumador con una retahíla de flamantes nuevas canciones acabadas de cocinar en Fez. El mensaje de la banda parecía quedar claro, resistencia a resignarse a caer en la vieja trampa del rock de estadios de vivir de los éxitos pretéritos. Mensaje recibido.
Lástima que pronto nos daríamos cuenta que era demasiado bonito para ser realidad. Sin embargo, el triunvirato formado por Still haven't found, Angel of Harlem-con un emotivo recuerdo al malogrado Michael Jackson-y In a Little While, fue un momento de inspiración gospel soul sobrio y muy exitoso. Punto y aparte para la conexión vía satélite con la tripulación de la estación espacial internacional, que seguramente buscaba marcar uno de los puntos emotivos de la noche pero que partió el concierto de una manera chapucera e indigna en un grupo de esta experiencia. Y la verdad es que fue una pena porque el posterior arranque con una soberbia Unknown caller y la imprescindible The Unforgettable Fire-recuperada del olvido de dos decenios-sorprendió a los presentes con el paso cambiado. Sorprendentemente pero fue una de las últimas composiciones la que volvería a enchufar el personal, Crazy Tonight en una versión dance remix, que convirtió el imponente Camp Nou en un cálido club de baile, bonito guiño a la ironía de los tiempos del 'Achtung Baby y el ZOOTV y a la experimentación de los días de Berlín. Las canciones que vinieron a continuación fueron en este contexto desafortunadas e innecesarias, con el grupo tocando-sin la motivación que habían mostrado hasta ese momento y con algunos síntomas de claro agotamiento: Pride, Sunday Bloody Sunday, One, With or Without you, etc. Ya en los bises una espectacular Ultraviolet con Bono comportándose como en los días del ZooTV sellando una noche con altibajos pero con magia para el recuerdo al fin y al cabo. La emotiva Moment of Surrender certifica el final de una noche calurosa de verano con aires de verbena, y dejaba atrás el bautismo de un espectáculo que parece predestinado a formar parte de la memoria colectiva del rock, con un escenario faraónico acompañado por una pantalla circular cónica - extensible hasta prácticamente a tocar las cabezas de los músicos - donde proyectaban unos audiovisuales que empequeñecía hasta lo inimaginable el colosal Camp Nou