El rollo binario vive su máximo apogeo. Todo esto me recuerda a La invasión de los ultracuerpos, con los dobles alienígenas gritando y señalando al descubrir un orco humano... Si no das palmas con las orejas, eres un miserable traidor a LA CAUSA. Dentro y fuera (crítica musical) del foro. ¿Hay algo peor que mentar a la madre en eastlink? Sí, mentar las dichosas botas.

Entiendo, hasta cierto punto, el entusiasmo, y siempre disfruto viendo a la gente alegre. Pero cuando el entusiasmo se convierte en fanatismo incondicional, se escuchan Santiagos y cierra España!, lo que es discutible se convierte en dogma de fe, y uno se vuelve el enemigo (¿de qué?) por pensar diferente, pues como que se te queda el cuerpo raro.

Parece que aquel que no está a muerte, o no usa superlativos, o no realiza su aportación a los ríos de semen onanista de eastlink (perdón por lo abrupto de la metáfora, pero viene bien cuando casi todos somo tíos), es un enemigo acérrimo de U2.

Pero si estoy aquí no es por masoquismo. Ojalá el disco sea cojonudo, de verdad. Que fuera una mierda no sería ni una victoria "intelectual", ni una satisfacción, ni una victoria, ni un punto a mi favor, etc. Porque no estoy en guerra. Y porque, en lugar de odiarlos, amo a U2, lo que no me ciega para no ver los defectos de la amada.

Dos episodios talibonos de mi vida udosiana reciente, como ejemplo: 1. fui al vt de Madrid con la camiseta de la Bomba que regalaban con el disco (la única vez que me la he puesto), muchos me visteis, y con una predisposición absoluta al disfrute total. No afilando el cuchillo como se nos presupone a los orcos. 2, el u23d, lo vi junto a mucha gente del foro y salí flipado, por la tecnología y por vibrar de nuevo con U2, redescubrirles, recordar lo cojonudas que son streets, sbs, one, with or, fly... hasta repetí otro día por lo mucho que me gustó. Luego vi Bolt en 3d y os juro que no es, ni por asomo, lo mismo...Y miles de ejemplos más... sólo uno: una punzada al corazón cada vez que escucho with or without you. Cada canción tienen su historia.

Hay dos amores en la vida que me llevan matando lentamente desde hace años: uno es el atleti, que bajo el secuestro de los Gil no levanta cabeza, y a pesar de la amargura que me produce, soy abonado y voy al campo aunque lo que veo no me gusta, ni en el césped ni en la grada, y aún menos en el palco. El otro es U2, que desde hace muchos años ya no son el grupo del que me enamoré, sacan discos pequeños frente a los gigantes de antaño, y año tras año, en vísperas de un lanzamiento (cosa, que por desgracia, ocurre en raras ocasiones), me hacen repetir eso de que "esta vez sí", como con el atleti, aunque al final me lleve un chasco o, aún peor, me produzca indiferencia (como el atleti...).

Y después de todo este historial de desengaños, aquí sigo dándole cada rato al F5 para ver si se filtra el nuevo album. Misterios del corazón...

Es otro tipo amor, un amor diferente al talibono e incondicional, un amor en el que se espera algo de la amada para seguir caminando juntos, donde no todo es perfecto e ideal, un amor crítico, de productor frustrado (pues claro que lo soy, ¿y qué?, aunque tampoco me lo tomé en serio...), un amor que jode y te hace sufrir... porque es bastante jodido confesar que ahora ya no te pone tanto (cuando en cambio hay otras que sí te ponen, y cómo...!!!).

Eso no es odio, cojones; es amor. Un amor donde hay sitio para los grises, los decimales, los parciales, la desilusión y la ilusión... En definitiva, queridos talibonos, aceptad la existencia del amor orco; otra forma de amar a U2, porque igual que se puede amar con distinta intensidad, también se puede amar de diferente manera.

Saludos y abrazos amorosos