El HTDAAB me recuerda aquella gominola de regaliz roja o negra de consistencia blanda, pero muy sabrosa y con un sabor intenso. Estás deseando cogerla porque hace mucho tiempo que no la comes, y quieres demostrarte a ti mismo que no a perdido aquel sabor, y son tantas las ganas, que el primer muerdo es una sensación de no he probado nada igual y de revivir la tierna infancia. Y vas lento porque no quieres que se acabe, y vas despegando la espiral, cual elipse vertiginosa mordisqueando y sacando todo el sabor posible. Pero llega un momento en el que el sabor satura, y lo miras y parece que no acabe nunca, y entonces te lo metes todo en la boca, masticas y tragas.No era para tanto, pero que ganas tení­a de comerla. Miras la bolsa y te encuentras el chupa chups de toda la vida, con diferentes sabores pero al fin y al cabo un producto sencillo, de sabor suave y duradero.