Aún con riesgo de parecer algo cursi, en homenaje a la banda que me ha acompañado musicalmente hablando todos estos años, voy a recordar un sin fin de momentos U2 en mi vida, instantes de disfrute, recuerdos pasajeros, pequeños pasajes por los que pasé como fan de los irlandeses.
Es verdad que con los años se pierde el fanatismo, se ve ese ñ­mpetu taliban adolescente con otra perspectiva más pausada y hasta algo critica, pero qué cojones, este grupo me ha hecho vibrar, sentir, y hasta llorar en muchas ocasiones.

Me viene a la memoria la primera vez que vi a u2 desde el salón de mi casa allá por el año 1985, contemplaba el live aid y apareció con ese áurea de nuevo mito un Bono joven, emocionado y dispuesto a consagrar mundialmente a ese grupo de sonido tan peculiar. Poco después contaba emocionado a mi primo que me habí­a pillado el Unforgettable fire y cómo molaba el tema Pride, el cual no dejaba de escuchar en el radiocasete portátil, un walkman grande e incómodo como se estilaban por aquel entonces. Estabamos en la calle, en los inicios del botellón, mi primo periodista cubrí­a un reportaje sobre el consumo de alcohol en la calle, habí­a polémica porque los vecinos tiraban macetas desde las casas para dispersar a las masas etí­licas que se reuní­an en los bares de enfrente del fondo sur del Bernabeu, a mi el tema me la sudaba y hací­a esfuerzos por convencer a todos de las maravillas de aquella guitarra en pride.

Después vinieron las carpetas llenas de fotos, el Joshua Tree, la apoteosis u2 en España, las emisoras escupiendo los tres temas sí­mbolo de ese álbum, sonaban en todas partes, el concierto del 15 de Julio del 1987, la apropiación de los pijos de su estética y música para desgracia de muchos, las banderas en Jácara, los chalecos.

Otro momento u2 (algo sonrojante con el paso del tiempo) fue al aprobar cou, hicimos una fiesta enorme en el patio del colegio, verbena, cerveza, ruido, y allí­ me colé en la mesa del pincha con una cinta estratégica, le dije pon esto, y atronó en medio barrio "A short of Homecoming" nunca he dado tantas vueltas brazos abiertos, creo que me quedé solo, pero estaba tremendamente pedo, era el puto maestro de ceremonias.

También fue un dí­a grande cuando fui hasta Madrid rock a las 12 de la noche a pillarme el Achtung baby, después quedé en casa de una amiga, me pillaba más cerca su tocata que el mí­o, y pusimos " zoo station", joder, tuvimos que volver a ponerla a los pocos segundos porque pensábamos que aquello estaba roto, no, era la ruptura, habí­a que reciclarse con la banda y abrazar el nuevo sonido, a la hoguera el chaleco.

Después vino el viaje a Berlí­n, flipado con mi cámara detrás de todos los Trabant, era el año 91, diciembre, al llegar a Londres me encontre´por la calle con Paul Wonderful de "The Joshua trio" asistimos al concierto en el Marquee y para más inri salimos en la tv, en el programa "rap rap rápido" de tv2, ese si que es un momento muy fan.

Las cien mil cintas que he grabado a los colegas (que mal se oñ­an las musicassettes las cabronas con ese ruido de fondo tan molesto, jeje), las grabadas a mis amantes, hasta casquetes gloriosos los ha habido con un disco de u2 sonando de fondo.
Recortes de prensa, U2 alternativa, Bandera Blanca, las fiestas udoseras, los viajes para ir a verlos tocar, las camisetas compradas, las chapas, me cago en su puta madre, llevo más de 500 libras irlandesas gastadas en estos capullos.

Lo mejor de todo (y pese a la lamentable pinta actual e Bono, juas) es que el show continúa, aquí­ estamos, haciendo aún amigos con u2 como telón de fondo, eso merece mojar el gaznate, alcemos nuestras copas y brindemos por ello.

En fin, que se me agolpan todos esos recuerdos con u2 en mis vivencias, como sé que a muchos de vosotros os pasa lo mismo, me ha dado el punto de contarlo.
Son ya 19años de seguidor de la banda, estoy orgulloso de ello.