Yo recuerdo la compra del Joshua Tree como un momento super grupal. En mi clase estaban los de Bruce y estábamos los de U2. Pero todos teníamos el Born in the USA (y todos tuvimos el Tunnel of love) y TODOS tuvimos el Joshua tree y solo algunos el Unforgetable Fire. El Unforgetable Fire era el disco de los mayores, de otros cursos, y el Under a blood red sky se ponía, entero, en las fiestas del Carmen de Cangas en las terrazas (bueno, solo en algunas, en el Chipi Chape (que nombra Pepe Colubi a veces en Ilustres ignorantes) o el Trasgu). Lo que realmente estaba de moda era Europe, disco que también tenía rallado (ah, y uno de Modern Talking, de este no recuerdo el nombre... ¿Brother Loui? Esa era la canción más famosa, precediendo al fenómeno Rick Astley). Bueno, todo este contexto para decir que esos eran los discos que tenía y los discos de los que se hablaba más. El Joshua fue el megabombazo total. Pero, SÍ, salió WOWY y mi vecino de puerta, mayor que yo, dijo que eran unos MOÑAS. Y yo le creí. Me daba rabia esa canción porque la gente empezó a meterse con ellos, y no era de mis favoritas. Claro, luego dio igual. Cuando puse el cassette y sonó Wherer the streets have no name por primera vez me pareció el puto cielo. Mi padre acabó odiandolo porque ibamos a las carreras y le obligaba a ponerlo todo el rato.

Con el Achtung fue mucho peor. Recuerdo la sensación, absoluta, de "estos están acabados" cuando escuché The Fly. Absoluta. Lo compré en Madrid Rock. Y pense que tenía roto el walkman cuando escuché Zoo Station yendo a casa. En el instituto no había ninguna fiebre por U2, nada. Los veías ahí, en el puesto #6 de ventas y pensabas que, efectivamente, estaban totalmente muertos. Luego el concierto de Donosti no mejoró la cosa, pero yo ya estaba rendido otra vez a ellos.

Y hasta ahora.